Femicidio: confesó que mató a su sobrina para vengarse de la madre de la víctima
El tío de Priscila Martínez, Rubén Oscar Ávila, fue indagado por videoconferencia durante 45 minutos y relató el horror del asesinato y una violación que cometió una semana después. Un verdadero chacal.
El tío de Priscila Martínez, la adolescente asesinada en Santiago del Estero en marzo pasado, confesó ante la justicia haber asesinado a su sobrina para vengarse de la madre de la víctima, quien presuntamente lo había acusado de cometer un robo cuando aún era un niño y a raíz de lo cual fue expulsado de su hogar por sus padres, informaron hoy fuentes judiciales.
Se trata del detenido Rubén Oscar Ávila, quien a través de una videoconferencia fue indagado durante 45 minutos por el fiscal Hugo Herrera, instancia en la que contó que sacó a la adolescente de su casa el 24 de febrero último, la subió en su moto y la llevó a su domicilio, situado a tres cuadras del hogar de la víctima.
Una vez allí, la hizo ingresar a su habitación y le pidió que le cosiera un pantalón, por lo que él fue a buscar hilo, de acuerdo al relato del imputado, cuando regresó al dormitorio "recordó momentos traumáticos de su niñez" cuando la madre de Priscila lo acusó de haber cometido un robo y sus padres lo expulsaron de la casa por ello.
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Ávila aseguró que al verla sentada en la cama la empujó, ella se levantó pero él nuevamente la agredió y le hizo golpear la cabeza contra la pared. La adolescente comenzó a gritar y le dijo que lo iba a denunciar, por lo que él la tomó de los brazos y la empujó sobre la cama, donde la comenzó a ahorcar.
El acusado relató que tiró a Priscila al piso y continuó presionando con sus manos el cuello de la víctima, quien intentó defenderse hasta que falleció. Ávila negó haber intentado violarla, aunque para los investigadores el ataque sexual pudo haber sido el móvil del crimen.
El acusado contó que una vez que la mató, tapó el cuerpo con una bolsa y se trasladó hasta la casa de la familia de Priscila para tomar mate con la madre y las tías de la víctima. Horas después regresó a su vivienda, escondió el cadáver debajo de su cama y se fue a trabajar. Dos días más tarde, el 26 de febrero, cavó un pozo, la desnudó y enterró.
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Luego, señaló que toda esa semana su vida transcurrió con total "normalidad" y que visitó al menos en dos oportunidades a la familia de Priscila, que ya había denunciado su desaparición e incluso les dio dinero para comprar comida.
El hombre reveló que había escrito una carta para despistar a la familia ante la posibilidad de verse descubierto y que en la misma redactó: "Hola tía, no me busques, estoy embarazada, me junté. No vuelvo."
Por otro lado, Ávila se refirió al abuso de una adolescente por el cual fue detenido antes del hallazgo del cuerpo de su sobrina. Según su relato, el fin de semana siguiente salió a bailar con sus amigos y el 9 de marzo por la madrugada cometió la violación de la chica, a quien también atacó a golpes y la dejó en una acequia, sobre la ruta 11.
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Por esa denuncia, al día siguiente fue detenido por la Policía, bajo las órdenes de la fiscal María Alicia Falcione. En tanto, el cadáver de Priscila, de 15 años, fue encontrado el 15 de marzo en la vivienda del femicida, situada en el barrio Los Lagos, de la ciudad de La Banda, a unos 8 kilómetros de la capital de Santiago del Estero.
El cuerpo estaba enterrado en un pozo, cubierto por una carpeta de cemento, debajo de la cama de su tío. En ese contexto, la madre de la menor de edad asesinada manifestó que era poco frecuente que su hija fuera a la casa de Ávila, aunque los vecinos revelaron que la adolescente realizaba trabajos de limpieza en el lugar y no era extraño verla por la zona.