Un corazón para Tomy
Nueve meses tiene el nene que nació con una severa miocardiopatia. Está internado en el Hospital Italiano.
En el Hospital Italiano, del barrio porteño de Almagro, un pequeño de tan sólo nueve meses aguarda con urgencia la aparición de un donante de corazón, producto de una afección cardíaca que no admite otra opción que someterla a un trasplante. El bebé se encuentra en lista de espera y su caso fue declarado de emergencia nacional, puesto que su enfermedad ha provocado severos daños en otros órganos, lo que pone en riesgo la posibilidad de llevarse a cabo la mencionada intervención.
Por una estenosis aórtica, Tomás Flores permaneció internado desde su nacimiento y durante siete meses, en el Italiano. Luego, continuó su tratamiento en forma ambulatoria, hasta que el pasado 26 de diciembre debió ser nuevamente hospitalizado por una descompensación.
Franco, papá del niño, le contó a Crónica que "la situación se está tornando cada vez más difícil porque la insuficiencia de su corazón afecta a otros órganos, principalmente al riñón, porque no bombea la sangre a un ritmo normal". En consecuencia, "si el riñón se deteriora aún más, puede poner en peligro la posibilidad del trasplante".
La afección que presenta el pequeño desde su gestación se manifiesta en "el funcionamiento de un ventrículo único". "Su corazón no tiene mucha fuerza", explicó el padre. Por esta razón, Tomy está en la lista de espera del Incucai, en emergencia nacional, puesto que "si sigue empeorando deberá ser entubado, tendrá que estar sedado y en estado inconsciente".
Un gladiador
El chiquito demuestra una entereza notable, mediante sus sonrisas frecuentes y su capacidad de interacción con sus familiares y el personal médico que le brinda atención, a pesar de la gravedad de su cuadro de salud. Al respecto, el papá reconoció que "se lo ve bien, pareciera que no es tan complejo su caso, aunque lo es".
Pese a la fortaleza y a la alegría del nene, los médicos tuvieron que conectarlo a una cánula de alto flujo, una asistencia respiratoria para aliviar las dificultades de su sistema cardíaco. Por esta situación, la aparición de un donante no puede esperar. Por eso, su papá envío un mensaje a la sociedad: "Sabemos que para un trasplante de corazón, antes debió perder la vida otra persona. Entendemos el dolor que puede pasar una familia que pierde a un ser querido, pero también tiene que tener en cuenta que puede salvar otra vida".
Por su tamaño, Tomás necesita que el donante sea alguien que no supere los 10 kilos, condición que complica aún más la urgencia de un trasplante.