Las viudas de Sandro que lo lloran en silencio

Desde Susana Jiménez hasta María Martha Serra Lima, un repaso por los revolcones del Gitano de América.

Por Redacción 24CON
Roberto Sánchez, “Sandro”, salió a la luz en los ‘60s. Antes, parecía haber estado en las sombras de la cultura argentina, en Banfield, esperando a ser descubierto, o simplemente esperando a descubrirse a sí mismo. De pronto sus canciones comenzaron a sonar en todas las radios, su estrellato cobró una fama inusitada y con eso, también salieron de bajo de la alfombra sus romances. Esos que comenzaban a ser tan envidiados por las por entonces “nenas”, nunca mejor dicho. 

El ícono murió el pasado 4 de enero y con él se fueron sus relaciones más privadas. Lo que quedó, fue el dolor de las "viudas", que hoy lo recuerdan y lo lloran en silencio. Una de las mujeres que más relevancia tuvo en su vida, sin dudas, fue Julia Adela Visciani, con quien mantuvo una relación formal desde 1969 hasta 1982. Ella estaba separada, y para la época, era toda una controversia. Según dicen los especialistas que siguieron paso a paso su vida, Sandro le habría enviado unos papeles de casamiento desde México en marzo de 1973. Pero lo cierto es que la boda nunca se concretó, y luego de casi 13 años la relación se fue por la borda.

En el primer mes del ’82 se desató la polémica, una situación más que jugosa para la prensa chimentera, ya que el Gitano siempre fue reservado en su vida privada, y en estaba en pleno auge de su carrera. Es que en una fotografía, el músico estaba acompañado por María del Pilar García, conocida como Tita Russ, la ex esposa de Alberto Olmedo. "Al lado de Tita conseguí algo difícil: bajarme del escenario y empezar a ser Roberto Sánchez", había confesado. Pero este romance así como se oficializó se esfumó al cabo de 5 meses.

A todo esto circulaba el rumor de una supuesta “amante secreta”, tal como se definió tiempo después la cantante María Martha Serra Lima, con quien también habría mantenido un affaire de 8 años, aunque Sandro nunca lo reconoció. Eran amigos, decía. Pero quedó en evidencia con la letra de una de su canción “Cosas de la vida”. "Cómo olvidar cuando en una reunión rozamos nuestra piel y el mundo se detuvo. La confusión nos invadió a los dos sin poder descifrar qué estaba sucediendo. Me quedé sin aliento, no podía besarte y en silencio te amé", pregonaba.

A todo esto, con el paso de los años se le iban adjudicando amores por distintas partes del mundo. Claro, ninguno reconocido. Se habló de algunas admiradoras, como Vicky Amaya, o de la fotógrafa Olga Massa. O del mito que rodea al tema célebre “Una muchacha y una guitarra”, que según la Miss Argentina Yoli Scuffi, ella fue su musa inspiradora.

Dentro del mundo artístico, sobre todo con sus parejas cinematográficas, al Gitano también se le conceden ciertos revolcones. Entre ellos y el más popular, con la conductora Susana Jiménez, y no por nada expresó públicamente horas después del fallecimiento del ídolo, que había sido el hombre que mejor la besó en su vida.
De igual modo, la actriz Soledad Silveyra tampoco se quedó afuera. "Hice dos películas con él, éramos todos muy niños y yo agarré a Sandro en un momento de plenitud. Pensá que cuando filmamos Quiero llenarme de ti, yo tenía 16 años y cuando hicimos Gitano, tenía 17. En aquel momento, para mí él era Gardel", dijo a La Nación.

Sin embargo, en la lista “semi” oficial, a Serra Lima le siguió María Elena Fresta. Con ella se estiman que estuvo cerca de 20 años, hasta el 2005, cuando públicamente reconoció su separación en una radio de Banfield. “Por sobre todo, a mis nenas les mando un beso de soltero, porque estoy soltero nuevamente. Con ese beso ellas saben qué tienen que hacer, ponérselo donde quieran a la hora que quieran”, lanzó provocador, fiel a su estilo.

Ya para ese entonces, precisamente un año antes, en su vida se había acercado íntimamente Olga Garavente, la secretaria de Aldo Aresi, su manager y apoderado. Según dicen, fue amor repentino, de golpe, ya que se conocían formalmente desde hacía casi dos décadas. Fue en 2004 cuando Sandro debió ser internado a causa de su grave enfermedad pulmonar. El deterioro comenzaba a notarse, pero Olga, la mujer que lo acompañó a fuego durante sus últimos años, lo cuidó día y noche.

Así comenzó a crecer la pareja, hasta que el 13 de abril de 2007, el Gitano, Roberto Sánchez, puso la firma y se casó por primera vez, a los 61 años. Obviamente, fue en el Registro Civil de Banfield donde sellaron su unión ante la prensa y las famosas “nenas”, que siempre tuvieron un profundo respeto por su mujer. Con breves palabras, Sandro dejó en claro sus sentimientos: “Olga es y será siempre el gran amor de mi vida”.

08 de enero de 2010

 

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