Los 15 años de Jazmín Laport
De repente, esa imagen de galán recio cimentada sobre la base de recordados personajes televisivos como “Catriel” y “Guevara” le dieron paso al hombre sensible y al padre embelesado por ver a su niña convertida en mujer. Bastó que Jazmín, enfundada en un diseño en organza de seda natural color manteca, con corset drapeado, falda armada a gajos y bordados en cristales y perlas en tonos manteca y rosa pastel de Claudio Cosano, comenzara a desandar la larga escalinata que la llevó a la alfombra roja (en total fueron 500 metros de red carpet, colocados personalmente por el anfitrión), para que la emoción terminara de embargar a Osvaldo Laport y Viviana Sáez. Habían pasado diez minutos de las 22:00, y la gran protagonista de la velada empezaba a vivir la fiesta de princesa con la que siempre había soñado. Con su rostro angelical iluminado por Patricia, su tía, la joven caminó al encuentro de su padre del brazo de Rubén, su abuelo paterno, quien viajó especialmente desde Uruguay (junto con otros 33 familiares), para acompañarla en este trascendental momento de su vida, mientras el cantante Oscar
Patiño (coach vocal de Viviana y Osvaldo) entonaba el tema “Melodía desencadenada”, de la película “Ghost, la sombra del amor”. Muy apegada a sus abuelos, tanto por parte de su mamá como de su papá, la joven entró apretando en su mano un angelito que para ella representa a Ricardo, quien fuera el papá de Viviana, mientras Josefina, mamá de Viviana, no podía contener las lágrimas al ver a su nieta persignarse y buscarlo en el cielo. La lluvia de pétalos saludaron su aparición, mientras cuatro violinistas coronaron la escena con los primeros acordes del tradicional vals “Danubio Azul”. Bajo la conmovida mirada de su madre, Viviana (quien lució un vestido en gasa de seda natural, color azul Francia, de corte imperio con breteles trasparentes y collar totalmente bordados en cristales y piedras, del mismo diseñador que su hija), la cumpleañera bailó con el actor, dando inicio formal al festejo de sus 15 años. Minutos después, los “papis” tomaron el micrófono y, exultantes de felicidad, le dieron la bienvenida a los más de 300 invitados que participaron de la celebración. Era el comienzo de una noche mágica.
Tras el recibimiento de los dueños de casa, todos recorrieron el jardín del hogar familiar de Benavídez (decorado con livings distribuidos a lo largo del parque) hasta la carpa de 350 m2, donde se centró el evento. Luego de acomodarse en las mesas ambientadas por María Va, bajo la supervisión de Viviana, Osvaldo se paró en el centro y saludó nuevamente a los presentes junto al padre Octavio, un sacerdote amigo de la familia que bendijo a la agasajada y a sus invitados, y pidió por el buen desarrollo de la fiesta, que contó con la organización de Andrea Roitberg y cuya seguridad estuvo a cargo de Federico Perroti. Luego de la entrada del menú preparado por WGD Chef -también hubo una isla de sushi a cargo de Nicolás Roth de Sushi Town- que consistió en Torre de vegetales de estación grillados con jamón crudo estacionado y aderezo blue cheese (luego se sirvieron lonjas de matambrito de cerdo, crêpés de ricotta y verdura y copa oreo de postre), las pantallas dispuestas estratégicamente en el lugar comenzaron con la proyección del primer video de la noche (fueron tres en total), que Jazmín siguió sentada en la pista de baile y rodeada por sus amigas. Enseguida, la música invadió la escena de la mano del reggaeton, y todos, con Osvaldo y Viviana a la cabeza, se entregaron al baile. Para sorpresa de todos, fue Calu Rivero quien, a pedido de su entrañable amiga, aprovechó su condición de DJ para adueñarse por un rato de las bandejas. Claro que la actriz y modelo no fue la única figura que acompañó la celebración, ya que hasta la casa de los Laport-Sáez llegaron desde China Zorrilla hasta Gabriel Corrado, pasando por Juan Darthés, Freddy Villarreal, Judith Gabani, Viviana Saccone, Graciela Marti, Paula Morales, Graciela Pal , Marco Caponi, Juan Manuel Guilera, Santiago Doria, Ludovico Di Santo y Julia Calvo. Y, aunque todos se quedaron hasta bien entrada la madrugada, la más divertida, sin duda, fue Luisana Lopilato, quien no sólo no paró de bailar en toda la noche, con pantupatas incluidas, sino que conversó animadamente y se sacó fotos con todos los compañeros de la agasajada.
Como no podía ser de otra manera, los shows estuvieron a la orden del día. Obviamente, no faltó el candombe, tan propio del pueblo uruguayo. La presencia de Alejandro Sasso (integrante de la banda musical de Osvaldo), y sus músicos sobre el escenario motivó que, con Laport a la cabeza, los más de 30 orientales presentes en el lugar saltaran hacia la pista de baile para aplaudir y moverse al ritmo de este género musical reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Fue conmovedor ver en ese instante al padre de Osvaldo, con sus 84 años, entremezclado con el resto de los familiares, cantando y bailando a la par de su hijo. Vale destacar que el abuelo de “Jaz” se volvió inmediatamente después de la ceremonia, ya que la madre de Osvaldo se encuentra desde hace un tiempo muy delicada de salud. El cierre de ese primer espectáculo lo encontró a Laport alzando a su hija frente a los músicos, en una síntesis de lo que fue la fiesta. Pero aún faltaba mucho más. Pasadas las 02:30 de la madrugada, la joven entró sostenida en el aire por un grupo de bailarines que, con ella en el centro, desplegaron una coreografía a cargo de Natalia Perea (coach de Viviana) a puro hip-hop, tras la cual sus compañeros de colegio corrieron a abrazarla. Sus amigas no quisieron quedar fuera, y le prepararon un video y un show musical. El cierre estuvo a cargo de los mismos intérpretes del candombe, aunque esta vez con Jazmín y sus amigos acompañándolos en el escenario. En el medio de las presentaciones llegó otro clásico de toda fiesta de 15: la torta.
Realizada por Tortas Art, la misma fue confeccionada con tres corazones forrados en fondant, en desnivel con apliques de rosas en porcelana, que simbolizaban el amor que une a los integrantes del clan familiar Luego, la mesa dulce a cargo de Sweet Party Box convocó a las solteras alrededor de la Cake Box, un pastel de 90 porciones realizadas en cajitas (todas con aros hechos por Roxana Sáez, tía de la cumpleañera), que suplantó la tradicional tirada de cintitas, y una de cuyas porciones contenía un dije en forma de corazón que quedó en manos de Rossé, sobrina de Osvaldo En coordinación con los tonos de la ambientación se dispusieron dos grandes jarrones antiguos con infinidad de malvaviscos junto a un portamensajero con doscientas tarjetas, para que cada invitado pudiera dejar plasmado su recuerdo a la agasajada.
Con las primeras luces del amanecer llegó el momento del carnaval carioca Provistos del clásico cotillón, continuaron prolongando el festejo hasta cerca de las 07:00 de la mañana A la hora de resumir sus sensaciones, Laport se mostró regocijado por haber compartido esa noche tan especial junto a su hija, pero al mismo tiempo no pudo soslayar la particular situación que aqueja a su madre “Hoy es un día en el cual vivo emociones encontradas Por un lado, estoy muy feliz y gratificado, porque realmente se hizo una fiesta familiar con los afectos, los amigos, la gente que uno quiere y quería que estuviese De verdad, la fiesta que queríamos con Viviana para nuestra hija es ésta, pero, al mismo tiempo, sé que tengo una vieja que está ahí, irónicamente en agonía y no puedo evitar el dolor”, resumió el actor, quien en la mañana de la fiesta sorprendió a madre e hija con sendos ramos de rosas y le escribió a Jazmín una especial dedicatoria para ese día tan especial: “Te quiero ver siempre reina” A su lado, su mujer dijo: “Es como siempre lo deseamos, hemos trabajado con amor y dedicación para lograr ésto, así que estoy plenamente feliz Si bien nuestra hija no deja de ser una muñequita femenina, es como que da un paso hacia otra etapa, así que estamos con emociones desencontradas y encontradas a la vez junto con el papá, pero muy contentos, porque verla a ella tan feliz quiere decir que hicimos una buena labor”, y aprovechó para agradecer a CARAS su presencia incondicional junto a la familia a lo largo de los años “Creo que CARAS nació un poco con Jazmín Sus primeras fotos fueron para la revista, la cuna fue para CARAS, el primer año lo vivimos con ustedes, así que les agradezco mucho por acompañarnos en esta mágica historia”, explicó Por su parte, la cumpleañera afirmó: “Me siento muy feliz, muy contenta porque se cumplió todo lo que yo quería De chiquita soñé con esto, aunque fui cambiando la idea de cómo hacerla (risas), y salió tal cual lo pensaba”, y, bajo la mirada cómplice de su mamá, comentó que aún no tenía novio
Era el final para una noche soñada, que seguramente Viviana y Osvaldo empezaron a imaginar desde que Jazmín era una beba y él, con sus propias manos, le construyó esa cuna que aún guardan de recuerdo en el quincho de la casa familiar La mágica historia a la que hacía referencia Viviana, la fiesta de princesa que tantas veces debe de haber ocupado los pensamientos de Jazmín, finalmente, se había cristalizado Atrás empezaban a quedar dos meses de intensos preparativos contra reloj para los papás de “Jaz”, los mismos que ahora, al ver la felicidad plena de su hija por una noche que recordarán por siempre, encuentran en esa sonrisa cristalina la recompensa a tanto esfuerzo Ahora, seguramente, la fiesta que desveló a la única hija del matrimonio seguirá ocupando sus sueños cada vez que apoye su cabeza en la almohada, y seguirán repitiendo, una y otra vez, las secuencias de una jornada inolvidable, digna de un cuento de hadas “Todos debemos pasar alguna vez por la alfombra roja, pero no por una cuestión de frivolidad, sino porque nos merecemos esa distinción de la vida en algún momento”, reflexionaba Osvaldo durante la ceremonia, todavía con la emoción a cuestas Y acaso en esa frase tan simple, pero tan significativa a la vez, se pueda resumir el espíritu de una fiesta que para aquellos que estuvieron presentes puede haber concluido en la madrugada del sábado 27 de noviembre, pero que tanto para Jazmín como para sus padres seguirá presente por el resto de sus días “Siento que mi hija se convirtió en mujer, si bien no soy un papá celoso, ya he vivido situaciones bellísimas de sus primeros amores, Hoy graciosas pero en su momento no No es porque sea un papá ortodoxo, soy un papá muy abierto No cierro la puerta, al contrario, sólo quiero lo mejor para ella”, concluyó el actor
Tras el recibimiento de los dueños de casa, todos recorrieron el jardín del hogar familiar de Benavídez (decorado con livings distribuidos a lo largo del parque) hasta la carpa de 350 m2, donde se centró el evento. Luego de acomodarse en las mesas ambientadas por María Va, bajo la supervisión de Viviana, Osvaldo se paró en el centro y saludó nuevamente a los presentes junto al padre Octavio, un sacerdote amigo de la familia que bendijo a la agasajada y a sus invitados, y pidió por el buen desarrollo de la fiesta, que contó con la organización de Andrea Roitberg y cuya seguridad estuvo a cargo de Federico Perroti. Luego de la entrada del menú preparado por WGD Chef -también hubo una isla de sushi a cargo de Nicolás Roth de Sushi Town- que consistió en Torre de vegetales de estación grillados con jamón crudo estacionado y aderezo blue cheese (luego se sirvieron lonjas de matambrito de cerdo, crêpés de ricotta y verdura y copa oreo de postre), las pantallas dispuestas estratégicamente en el lugar comenzaron con la proyección del primer video de la noche (fueron tres en total), que Jazmín siguió sentada en la pista de baile y rodeada por sus amigas. Enseguida, la música invadió la escena de la mano del reggaeton, y todos, con Osvaldo y Viviana a la cabeza, se entregaron al baile. Para sorpresa de todos, fue Calu Rivero quien, a pedido de su entrañable amiga, aprovechó su condición de DJ para adueñarse por un rato de las bandejas. Claro que la actriz y modelo no fue la única figura que acompañó la celebración, ya que hasta la casa de los Laport-Sáez llegaron desde China Zorrilla hasta Gabriel Corrado, pasando por Juan Darthés, Freddy Villarreal, Judith Gabani, Viviana Saccone, Graciela Marti, Paula Morales, Graciela Pal , Marco Caponi, Juan Manuel Guilera, Santiago Doria, Ludovico Di Santo y Julia Calvo. Y, aunque todos se quedaron hasta bien entrada la madrugada, la más divertida, sin duda, fue Luisana Lopilato, quien no sólo no paró de bailar en toda la noche, con pantupatas incluidas, sino que conversó animadamente y se sacó fotos con todos los compañeros de la agasajada.
Realizada por Tortas Art, la misma fue confeccionada con tres corazones forrados en fondant, en desnivel con apliques de rosas en porcelana, que simbolizaban el amor que une a los integrantes del clan familiar Luego, la mesa dulce a cargo de Sweet Party Box convocó a las solteras alrededor de la Cake Box, un pastel de 90 porciones realizadas en cajitas (todas con aros hechos por Roxana Sáez, tía de la cumpleañera), que suplantó la tradicional tirada de cintitas, y una de cuyas porciones contenía un dije en forma de corazón que quedó en manos de Rossé, sobrina de Osvaldo En coordinación con los tonos de la ambientación se dispusieron dos grandes jarrones antiguos con infinidad de malvaviscos junto a un portamensajero con doscientas tarjetas, para que cada invitado pudiera dejar plasmado su recuerdo a la agasajada.
Era el final para una noche soñada, que seguramente Viviana y Osvaldo empezaron a imaginar desde que Jazmín era una beba y él, con sus propias manos, le construyó esa cuna que aún guardan de recuerdo en el quincho de la casa familiar La mágica historia a la que hacía referencia Viviana, la fiesta de princesa que tantas veces debe de haber ocupado los pensamientos de Jazmín, finalmente, se había cristalizado Atrás empezaban a quedar dos meses de intensos preparativos contra reloj para los papás de “Jaz”, los mismos que ahora, al ver la felicidad plena de su hija por una noche que recordarán por siempre, encuentran en esa sonrisa cristalina la recompensa a tanto esfuerzo Ahora, seguramente, la fiesta que desveló a la única hija del matrimonio seguirá ocupando sus sueños cada vez que apoye su cabeza en la almohada, y seguirán repitiendo, una y otra vez, las secuencias de una jornada inolvidable, digna de un cuento de hadas “Todos debemos pasar alguna vez por la alfombra roja, pero no por una cuestión de frivolidad, sino porque nos merecemos esa distinción de la vida en algún momento”, reflexionaba Osvaldo durante la ceremonia, todavía con la emoción a cuestas Y acaso en esa frase tan simple, pero tan significativa a la vez, se pueda resumir el espíritu de una fiesta que para aquellos que estuvieron presentes puede haber concluido en la madrugada del sábado 27 de noviembre, pero que tanto para Jazmín como para sus padres seguirá presente por el resto de sus días “Siento que mi hija se convirtió en mujer, si bien no soy un papá celoso, ya he vivido situaciones bellísimas de sus primeros amores, Hoy graciosas pero en su momento no No es porque sea un papá ortodoxo, soy un papá muy abierto No cierro la puerta, al contrario, sólo quiero lo mejor para ella”, concluyó el actor