Última Palabra

"No somos gurúes de nadie"

Beatriz Goyoaga.

Beatriz Goyoaga es madrileña y como periodista que tuvo a cargo varias corresponsalías del Daily Mail londinense vivía estresada en Buenos Aires. Muy estresada. Pero un día comenzó a respirar (bien) y le cambió la vida. Desde entonces, por medio de la fundación El Arte de Vivir, difunde las técnicas de respiración del indio Sri Sri Ravi Shankar y viaja por el mundo convenciendo a presidentes, empresarios y líderes de opinión de que conviene bajar un cambio

e inhalar hondo. Ella jura que ya no se estresa ni se brota y muchos la señalan como la gurú de Marcelo Tinelli y otras estrellas vernáculas. A días de América Respira, un evento que propone que todo el continente lo haga al mismo tiempo para generar “buenas vibraciones” (sábado 16, a las 16, en el Planetario porteño), Goyoaga habló, vía Skype, desde la India, con Sebastián Catalano. Extractos:

¿Respirar está de moda?

Sí, respirar bien está de moda en la Argentina. Pero no es sólo una moda, también es una forma de vida. Yo hago técnicas de respiración pero soy la misma. La periodista que ama cocinar y escaló dos veces el Everest. No me convertí a ninguna religión. Sí eliminé el gintonic y el café doble y me cuido más, pero no cambie nada de base. Eso sí: agregué mucha serenidad a mi vida.

Y además es una suerte de gurú de muchos famosos, como Marcelo Tinelli.

Tinelli hizo el curso. Gustavo Cerati y Guillermo Kuitca, también. Nuestros instructores son desde convictos hasta un ex CEO de Citibank, como Alejandro Nigro. O el empresario Nicolás Cúneo (dueño de Key Biscayne). Es cierto que vienen muchos famosos, pero no somos gurúes de nadie.

¿Y a políticos?

Sí, recuerdo a Domingo Cavallo y Jorge Telerman. Y presidentes de muchos países.

¿Cuáles?

No puedo decirlo.

¿Qué significa respirar bien?

La respiración es el puente entre la actividad exterior y mundo interior. Yo antes pensaba que meditar era como algo parecido a la película “Buda” o algo que hacían las actrices para estar más de moda. Pero es callar la mente, es el arte de no hacer nada. La respiración está unida a las emociones: los estresados jadean. La gente serena respira largo. Los felices inhalan, el que da una mala noticias, exhala. Trabajando con patrones de respiración se revierten otros a los que no pueden llegar la medicina y la psicología. Se trabaja siempre sobre la causa del problema, no sobre el efecto. La emoción profunda de la tristeza no la saca la medicina.

La meditación se asocia en muchos casos a religiones orientales.

Esto no tiene nada que ver con el budismo, el hinduismo u otra religión. Somos un movimiento laico que profundiza en las raíces de la gente para ampliar sus horizontes. El Arte de Vivir es un movimiento como Greenpeace, no adherimos a ninguna religión o partido político. Yo soy católica y hay gente de todas las religiones. Somos un movimiento por la paz mundial.

¿Qué cambió en usted con estas técnicas?

Se me fue el insomnio y los nudos en el cuello. Por ansiedad tenía el sistema inmunológico muy bajo. Ahora, pasa todo lo contrario y hasta se me fue el HPV. Obvio que es un virus y está, pero no se manifiesta como antes. No me enfurezco y paso las crisis más tranquila. Yo, la verdad, no me compraba nada de todo esto. Era escéptica, pragmática y racional, pero funciona. Las técnicas te vuelan la cabeza: no se trata de cuatro hippies locos que después de fumarse un porro dicen: “Qué bien que estoy”. Funciona.

Sí, pero hay gente que dice no sentirse bien físicamente luego de realizar el curso. ¿Qué cuidados hay que tener?

No muchos. No hay que tomar mucho alcohol al momento de hacerlo y no consumir drogas. Es un proceso fuerte sobre el sistema nervioso y el físico. Hay que hacerlo en siete días. A veces, en las empresas lo piden más corto, pero yo no bajo de eso. En tres días es imposible porque la desintoxicación lleva tiempo. A muchos les duele todo el cuerpo, pero no pasa nada.

¿Qué es América Medita?

Se trata de la segunda meditación masiva y simultánea que realizaremos desde Canadá hasta Tierra del Fuego. Esperamos que participen unas 100.000 personas. La idea es que los pacíficos hagamos algo de ruido. Como dice Ravi Shankar, no se puede tener una buena sociedad que viva en paz con gente estresada. En la Argentina ya hay más de 100.000 personas que aprendieron nuestras técnicas. Unas 300 personas por semana vienen en busca de equilibrio emocional y para salir del estrés y la depresión.

¿Y salen?

Sí. Todos los que aprenden el curso salen felices. Y vuelven, muchos son instructores. Además, nos dan el boca a boca: nosotros no hacemos publicidad.

¿Cuánto cuesta el curso?

Son seis o siete días y cuesta $ 350. Tenemos descuentos para jubilados y estudiantes. Y la gente que no tiene dinero también puede hacerlo con una donación.

¿Cómo es su experiencia en las cárceles?

Muy conmovedora. Ver a gente presa por 20 años que te dice que ahora sí se siente libre. Nos dicen que somos mejores que sus abogados porque les bajamos la ansiedad. Hay que ver a estas personas llorar.
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