Veintitrés
Operación Masacre: Homenaje a los fusilados de José León Suárez
A 54 años de los asesinatos ordenados por la dictadura de Aramburu que Rodolfo Walsh relató en su libro, Veintitrés reunió a los hijos de aquellos militantes peronistas. Recuerdos de infancia y dolor por la falta de reconocimiento.
Deambulan por la plaza y se detienen a arrancar las hierbas que crecen alrededor de la placa recordatoria. Es la excusa para ocultar la emoción. Allí, en ese predio, fueron fusilados sus padres. “Asesinados”, dirán después, y señalarán que no se había dictado todavía la ley marcial ese 9 de junio de 1956, día que la muerte se enseñoreó en los basurales de José León Suárez, donde quedaron los cuerpos de Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Mario Brion, Vicente Rodríguez y Carlos Lisazo. También señalarán que el pequeño monumento con la placa se levantó en 1958 pero que fue derribado más de una vez y tantas otras vuelto a construir. Que la pared del club que está justo enfrente sirvió de mural para homenajear a sus padres, aunque hoy muestre una pintura de un partido político. Pero ahora, convocados por Veintitrés, se prestan a recordar a aquellos hombres que les dieron vida y que entregaron la suya por una idea. Los mismos que Rodolfo Walsh retrató en Operación Masacre.
–¿En qué lugar de la historia sitúan a sus padres?
Berta Carranza: –Son héroes porque salieron a defender al peronismo y dieron la vida militando por la democracia.
Delia Garibotti: –Eran peronistas y querían el retorno del líder, quizás eso desembocó en la muerte de mi papá, que no bajó los brazos con tal de revivir esos años del gobierno de Perón. En aquel momento no había una conciencia democrática como ahora.
–¿Alguna vez pensaron que pecaron de ingenuos?
Carlos Carranza: –Cuando uno aprende a discernir, puede llegar a interpretar el porqué de aquella lucha. Iba más allá del ámbito partidario, apuntaba a derrocar una dictadura. No puedo reprocharle nada a mi padre, me siento orgulloso de que haya mantenido sus ideales, que hoy dejan de lado muchos dirigentes políticos.
Alicia Rodríguez: –A la distancia, veo que nos quitaron la infancia. Perdí mi padre a los diez años, ¿qué reproche puedo hacerle? Lo que hizo, lo hizo de corazón.
*La nota completa, en la edición impresa de Veintitrés