Cecilia Roth- Gonzalo Heredia: ¡Embriagados de amor!

No hizo falta el champán para ponerlos mimosos. Tampoco un vino exquisito, del que abundó en esa mesa compartida con amigos. Porque Cecilia Roth (51) y Gonzalo Heredia (28) no necesitan de ninguna clase de afrodisíaco para desatar el torbellino de la pasión. Por algo bastó con aquellas miradas en los Martín Fierro –donde, curiosamente, sobró el champán francés– para que vuelva a ser, hoy, lo que taaaanto había sido ayer… Es decir, ella lo llamó dos días más tarde de la gala de APTRA, él aprovechó la ocasión para invitarla a salir, y en un estreno teatral de esa misma semana se mostraron juntos de nuevo, como había sucedido a fines del año pasado, cuando fueron pareja por unos meses.

¡Pedro, mirá quién vino! Un fin de semana más tarde, la Chechu y el galán de Malparida viajaron a Mendoza, en plan de seguir ratificando la segunda etapa del amor. Gonza fue invitado por la prestigiosa Bodega–Espacio Salentein, a unos kilómetros del Valle de Uco, y mientras armaba las valijas consultó a los anfitriones: “No quiero molestar, ¿pero podría llevar a una acompañante?”, les dijo. Y allá fue también Roth. De paso, pidió exclusiva reserva; es sabido que los dos les tienen fobia a las revistas del corazón, ¡y que nadie le pregunte a Gonza de su amigovia, ni a ella de su galán! En fin… El sábado 22 de mayo, el día de su arribo a Mendoza, Cecilia y Gonzalo almorzaron con un grupo de amigos, en un mesa donde sobraron botellas con los mejores vinos de la casa. Ya con el postre servido, los dos compartieron un momento a solas, brindando mientras se miraban a los ojos (como debe hacerse para evitar, según la superstición, siete años de mal sexo) y mimándose, creyendo estar al resguardo de los cholulos.

Después, con la panza llena pero el corazón contento, esquivaron la tentadora siesta para ir a recorrer los viñedos, dentro de un enorme predio que abarca dos mil hectáreas. A raíz de aquella privacidad que había solicitado Heredia, ingresaron a la bodega fuera del horario de visita para no cruzarse con nadie, y contando con la asistencia personal del guía. Luego, los tortolitos… bueno, este… ¿cómo decirlo?… digamos que comprobaron que vale la pena cumplir con aquella superstición del brindis…

El reencuentro. Ceci se quedó por el fin de semana, mientras que Heredia demoró su regreso un día más por compromisos laborales. Además de conceder entrevistas, participó de la inauguración del local que Fiume –la marca de ropa cuya campaña gráfica es protagonizada por Gonzalo– abrió en un shopping mendocino.

Una vez que cumplió con todo, el ex valiente emprendió el viaje a Buenos Aires, adonde lo esperaba su novia, pero sin vino ni champán. Tratándose de ellos, ni falta hace… ¡Salud!

Luis A. Brown