Mariana Nannis acusó a Wanda Nara de "parda" y "mersa"

La esposa de Caniggia dice que prefiere llenar su closet antes que una Ferrari. Tiene 14 gatos y habla de su detención en Miami. Cómo es su vida hoy.

Por Caras
La profesión de su marido la llevó a vivir en diferentes ciudades de Italia, Reino Unido, los Estados Unidos y España, por lo que su increíble y millonario vestuario se encuentra distribuido por todo el planeta. Desde hace cinco años, Mariana Nannis (43) se instaló con su esposo, Claudio Paul Caniggia (43), en Marbella, un sitio de ensueño en la Costa Azul. Alejada del ojo público desde hace varios años, la vida de la botinera por excelencia transcurre pacífica entre los fastuosos yates, las tiendas de Puerto Banús (uno de los más caros del mundo), sus hijos, Axel (18) y los mellizos Charlotte (17) y Alexander (17), y la decoración de su nueva casa, “La Madreselva”, a la que se mudó hace cuatro meses. Acompañada en todo momento por su custodio personal, Nannis recorre en su Porsche Cayenne la ciudad más top de España, donde las Maseratis, los Bentleys y los Rolls Royce son parte misma del paisaje diario.

En una colina en la exclusiva zona de Sierra Blanca se erige su mansión, una imponente villa estilo cortijo español de mil metros cuadrados y cinco mil de parque, donde convive con sus seis perros Niki (Bulldog), Paris y Ringo (Boxers), y Tyson y Charly (Shar Peis) y 14 gatos, muchos de los cuales recogió de la calle.

 

Rodeada de estatuas de bronce y admirando su privilegiada vista al mar Mediterráneo y la costa de Africa, Mariana recibió a CARAS en exclusiva.

“No soy la parda mujer del jugador de fútbol que no sabe nada, la nueva rica que se compra una Ferrari y no sabe cómo vestirse. Prefiero tener un closet con 500 mil euros de ropa porque me la voy a poner. No puedo salir en jogging y con la Ferrari porque es una ordinariez total. Como dicen acá: ‘es hortera’. Y roja, es muy mersa. De repente, tengo más plata tirada encima que lo que cuesta una Ferrari “, afirmó Nannis que no perdió su carácter irreverente y su lengua filosa.

— Hace poco se dijo que fue detenida en Miami.

— Eso es una pavada que inventaron, nada que ver. Hace más de una década que no piso Miami. La primera vez que salió esa noticia estaba en Europa. Lo que pasa es que sigo siendo un personaje interesante. Imaginate que están filmando mi vida para un reality que se emitirá en España, y se llamará “Mujeres Ricas”.

— ¿Cómo es su vida hoy?


— Es muy tranquila, estoy en casa con mis hijos, salgo a comer adonde quiero. Ni drogas ni rock and roll. De toda Europa, Marbella es lo mejor que hay. Aquí está el verdadero jet set: hay árabes, italianos, suecos. Sean Connery y el rey Fahd vivieron acá mucho tiempo. No es para cualquiera, si querés vivir bien, venís acá. Es impagable. Están todas las tiendas más importantes, las disco, los bares y restaurantes.

— Su guardarropa es impresionante, ¿cuántos vestidos y zapatos tiene?

— No tengo ni idea, nunca los conté. Sólo en Miami tengo 250 pares de zapatos. Hay desperdigados por todo el mundo. Italia, los Estados Unidos, Madrid.. Claudio ya no me dice nada, al principio sí, pero ahora tendría que sacar a toda la gente de la casa y usarla de vestidor. Igual no me entraría, conmigo no hay closet que aguante. Es divertido porque nunca sabés lo que tenés, abrís una valija Louis Vuitton y decís: “Uy, mirá este vestido, nunca me lo puse”, y está bárbaro. Además, siempre compro dos porque si lo mancho lo tiro. Igual con los zapatos. Estamos juntos desde los 23 años, así que ya está resignado. Además, no tiene ni la menor idea de lo que compro. He gastado fortunas, no pagaría la deuda externa de un país chico porque no aceptarían zapatos (risas). Estaban por cerrar un local con carteras de Phillipp Plein y fui y compré todo lo que había en el lugar, hasta los perfumes.

— ¿Cómo es la relación con Claudio después de tantos años?


— Ya no podés redescubrir nada, es como un hermano (risas). Qué vas a descubrir, nuestra relación no es de un matrimonio normal. Él a Qatar se fue solo a jugar y (Gabriel) Batistuta con la mujer. Todos los futbolistas van con sus esposas, y yo dije: “Ahí no voy, y no fui”. Estuvo ocho meses y yo tenía los tickets en primera y no fui nunca, me quedé en Inglaterra. No fue duro porque él iba y venía, otra va atrás del culo del marido porque le pone los cuernos y va a tener que salir a calle con casco. Si estoy con él es porque quiero si no, no estaría. En Qatar no le podés tomar la mano a tu marido, darle un beso en la calle porque vas presa.. Viviría en la cárcel. Aparte para ver qué, no hay nada. Bueno, hay lindas joyerías (risas), pero no hay nada verde es todo arena, muy duro. Eso de que hay que seguir al marido adonde vaya no va conmigo.

 

Foto de tapa: diario Perfil

16 de mayo de 2010

¿Quiere recibir notificaciones?
Suscribite a nuestras notificaciones y recibí las noticias al instante