Detrás del sueño Oscar

Rourke, Pitt, Downey, Hathaway... Seis estrellas de Hollywood hablan de cine y palpitan la ceremonia con Newsweek.

Por David Ansen y Ramin Setoodeh

 

Una de las ventajas de presentar nuestra Mesa Redonda del Oscar, además de conversar con las estrellas de Hollywood, es que se los puede ver relacionándose. Como cuando Brad Pitt (“El curioso caso de Benjamin Button”)  mencionó que él y Angelina Jolie estaban vendiendo su casa en Malibú, Robert Downey Jr. (“Una guerra de película”) dijo que la compraría. “Tuve un año muy bueno”, bromeó. Anne Hathaway (“El casamiento de Raquel”) le dijo a Frank Langella (“Frost/Nixon”) que quería tomar notas sobre todo lo que él dijera. Y cuando la novata de Hollywood Sally Hawkins (“Un cuento sobre la felicidad”) habló sobre la idea de mudarse a Los Ángeles, Mickey Rourke (“El luchador”) se convirtió en su hermano mayor y le dijo: “Andate rápido”. Por suerte, se quedó para terminar la charla. Extractos: newsweek:

- Si tienen que pensar en la mejor actuación de todos los tiempos, ¿qué es lo primero que se les ocurre?

- Langella: Kim Stanley en la obra llamada “Natural Affection”. La obra empezó y ella estaba dormida sobre la cama con un actor. Se despierta, tira las piernas hacia el costado de la cama, toma un cigarrillo, lo enciende y da una pitada... supe quién era ella en 30 segundos.

-Pitt: A mí se me ocurre David Thewlis en “Naked”. O Gene Wilder en “Willy Wonka”... Vi montones de películas para chicos. Está en ese momento en el que sale de la fábrica rengueando —uno no sabe cuál es su dolencia— y se tropieza y se levanta como si nada. Desde ese momento, no se sabe qué está tramando.

- Hawkins: Él agregó eso a su papel, ¿no fue así? Creo que él improvisó eso.


- ¿La mejor actuación para vos, Mickey?

- Rourke: ¿De qué? ¿Cuál era la pregunta? Creo que algo que hizo Monty Clift, durante el film en el que Shelley Winters le grita, “A place in the sun”. También se me ocurre Rita Hayworth en “Gilda”. Viéndola, pensé: “Dios, desearía que ella aún estuviera viva”. Trataría de conseguir su número telefónico.

- Pitt: Robert en “Ciencia loca”.

- Downey: No empecés, amigo.          

- Pitt: ¡El juego ya empezó!

- Downey: Pensé que era una mala pregunta para empezar, porque no tengo nada que salga en los próximos meses que pueda ser criticado en las reseñas.

- Hathaway: Mary-Louise Parker en “La prueba” dice el mejor “maldito seas”. Está sentada pensando, dice “maldito” y hace una pausa. El otro actor —desconcertado— sigue con su siguiente línea, y ella lo interrumpe y dice: “Seas”.

- Langella: ¿Te gustaría escuchar mi línea favorita en el escenario, después de 75 obras?

- Hathaway: Sí.

- Langella: “Chupame la…”. Se la dije cada noche a Christine Baranski por cuatro meses, y no podía esperar para decirla. Era fabulosa.

- Hathaway: Estaba pensando en un momento similar. Julie Christie en “Shampoo”, cuando tiene esa conversación con un hombre, y ella dice: “Te daré lo que quieras”. Está deliciosamente borracha y dice: “Y quiero chupar su…”. Y Warren Beatty hace una fantástica toma, escupiendo.

- Frank, tengo una pregunta frívola. ¿Hay algo que te haga recordar haber pensado: “Desearía haber sabido esto cuando empecé a actuar”?

- Langella: Me gustaría haber sabido cómo quitarme de mi propio camino; es el mejor consejo que se le puede dar a un actor. Yo podía hacer cualquier cosa en el escenario; no tenía miedo. Pero fui como una vieja italiana en mi primer par de películas. Pensaba que la cámara me quitaba el alma. Así que tuve que encontrar mi manera de ser totalmente abierto y libre frente a la cámara. ¿Alguno supo desde que tenía 5,  6 ó 7 años de edad que quería ser actor?

- Pitt: No, ni idea. En donde crecí no era una opción.

- Langella: ¿En dónde creciste?

- Pitt: Oklahoma y luego Missouri. Dos semanas antes de la graduación de la universidad, vi a todos firmando para irse y hacer sus trabajos. Yo no estaba siquiera cerca de estar listo. Y Me di cuenta de que amaba las películas. Tenía 22 años, no tenía dinero, así que trabajé dos semanas, junté unos US$ 200, cargué el auto y me mudé a Beverly, en realidad, a Burbank. En una semana estaba haciendo de extra.  Fui un extra en tu película, “Golpe al sueño americano”.

- Downey: Alguien me lo comentó y dije que no podía ser cierto. Si hubiera sabido que estabas allí, te hubiera hecho parte de la película. ¡Él está allí! ¡Mírenlo!

- Pitt: Fui extra por un año y medio. Incluso conseguí un trabajo en “Dallas” y regresé e hice más trabajo de extra porque no había estado en una película.

- Hathaway: Acabás de hacer feliz a cada actor en Los Ángeles con esa historia. Yo estuve en un comercial de Burger King cuando tenía 15 años. Tenía bronquitis pero estaba desesperada por actuar.

- Hawkins: Yo fui una extra en “Star Wars La amenaza fantasma”.

- Langella: Mi primera película... Fui muy afortunado. Se llamaba “El misterio de las 12 sillas”. Y ver a Mel Brooks dirigir a 300 yugoslavos que no hablaban nada de inglés era comiquísimo.

- Pitt: ¿Supiste desde el principio que querías actuar?

- Langella: A los 7 años. Porque un maestro vino y dijo: “Necesitamos elfos para el espectáculo escolar”. Tuvo algo que ver con la rivalidad entre hermanos, porque mi hermana tenía el papel principal.

- Downey: Rourke, ¿te molesta si retrocedo? Cuando hablábamos sobre las cosas que nos inspiran, te recuerdo a vos y a Kim Basinger en “Nueve semanas y media”.

- Rourke: Vos probablemente la recuerdes mucho mejor que yo.

- Rowney: Hoy soy demasiado importante para adularte, pero para mí fue el papel más sexy, más misterioso y complejo de un actor. De alguna manera me echó a perder, por como era yo, así es como luce la gente que realmente sabe lo que hace.

- Rourke: Yo realmente no quería hacerlo. Yo quería ir más allá de “Último tango en Paris” y también Adrian [Lyne, el director], pero Kim no. Yo quería armarla en grande.

- Pitt: Lo hiciste en “Corazón satánico”.

- Rourke: ¿Quién te dijo?

- Pitt: Es uno de los mitos. Cuando empecé, tratando de entender la actuación, tenía tres dioses. Penn, Oldman y Rourke.

- Rourke: “Corazón satánico” fue una experiencia de aprendizaje, porque me senté enfrente de Robert De Niro. Uno de mis puntos flacos como actor y como ser humano siempre fue mi concentración. Y De Niro... él se concentraba tanto. Alan Parker se reía de mí.


- Brad, cuando interpretás a un completo imbécil como Chad Feldheimer en “Quémese después de leerse”, ¿es difícil no juzgar al personaje?

- Pitt: Lo juro, voy a morir y ésta será la película por la que seré conocido. Ese papel me llamó. Representa el orgullo desmedido de EE. UU. que todos hemos experimentado en los últimos años.

- ¿Es cierto que Angelina no vio la película?

- Pitt: La vio. Entró al set y yo estaba con mi ropa deportiva. Dijo, “Esta es la primera vez que puedo decir honestamente que no me atraés sexualmente”.

- Con frecuencia cuando entrevistamos actores hablan sobre cómo es cada vez más difícil trazar una línea entre lo público y lo privado, especialmente con Internet. ¿Alguno de ustedes se buscó en Google?

- Pitt: Por Dios, no.

- ¿Nunca?

- Pitt: Nunca. Primero que nada, realmente no sé cómo manejar una computadora.

- ¿Tenés BlackBerry?

- Pitt: Sí.

- Anne, ¿te buscaste en Google?

- Hathaway: No.

- Langella: No es una buena idea. Puede ser doloroso.

- downey: Yo adoro toda esa m… Perdón. Es para morirse de risa. Algunas personas exageran su apoyo, como si te conocieran. Es divertido.

- Pitt: Esta máquina publicitaria está fuera de control. Representa todo lo que no queremos. Existe una identidad completamente ajena a la que sos arrastrado invariablemente. Tenés que ir y vender tu mercadería. Es algo con lo que nunca estoy en paz. Por algún motivo, no apoyan tu película si no vas a un programa de televisión y hablás sobre tu vida personal.

- Langella: Yo soy un dinosaurio. Nunca tuve un publicista, hasta esta película, porque tuve que protegerme. El estudio quería que hiciera todas las entrevistas que me pedían. Creo que lo más grande que tiene un actor es el misterio y el peligro. Y a ustedes, pobres hombres, se les pide que regalen sus pedazos. Deben luchar contra ello en cada oportunidad que tengan. Cuanto más sepan sobre ustedes, menos les creerán en cámara.

- Hathaway: Yo tengo una confesión. Mentí antes cuando me preguntaste si me había buscado en Google. Lo hago. Me da  vergüenza porque sé lo terrible que es.

- Downey: Esperá un minuto, ¿debe avergonzarme que me busco en Google?

- Hathaway: Deberías avergonzarte de otras cosas, Robert... Durante un tiempo, buscarme en Google me hizo reír a carcajadas. Pero recientemente cambió. Hay una gran diferencia ahora, cuando la información se reporta como noticia. Me hace sentir muy incómoda. Me pasa lo que vos decís, Brad —y Dios sabe que vos la pasás peor que todos—: el hecho de que tan sólo parpadeás y ya lo encontrás en Internet.

- Downey: Tengo una historia. Fui a Japón. “Iron Man” se está estrenando allá. Yo estoy, digamos, en el camino hacia la fama. Voy allá y ellos dicen (imita el acento japonés): “Pequeño problema con su pasaporte, se vincula con actividad criminal”. Yo digo: “Sí, sí”. La respuesta: “Usted no declaró dicha actividad. Nos gustaría interrogarlo”. Yo digo: “¿Interrogarme? Bueno, genial”. Seis horas más tarde, estoy sentado en una sala japonesa de interrogatorios. Entra una dama. “¿Entonces estuvo en la cárcel o en la prisión?”. “En ambas”. “¿Cuánto tiempo?”. “Un año y cuatro meses”. “¿Sabe usted cual fue la primera infracción que tuvo en 1995?”. “Es difícil acordarme porque estuve arrestado muchas veces”. “No podemos dejarlo entrar a nuestro país”. Luego decidieron que podía entrar para hacer las entrevistas, “pero no debo regresar nunca a Japón”. Para no hacer el cuento largo, me llevaron al restaurante del Iron Chef. Me dan la mejor carne de Kobe, y durante los dos días siguientes estuve doblado de dolor.

- Langella: No entiendo.

- Downey: Comí una carne de vaca que es supercara y me contagié un parásito.

- Langella: ¿Puedo preguntar algo a este lado de la mesa [Hathaway, Pitt, Downey]? ¿Cuánta influencia tienen los managers y la idea de que sus película están haciendo dinero o no? Lo pregunto porque ustedes tres son extraordinariamente cotizados. Si sus películas fracasan, ¿tienen a alguien a su alrededor diciéndoles que la siguiente será un éxito de taquilla? O ¿lo ignoran por completo?
pitt: Yo no tengo nada que probar. Lo único que vale algo la pena es cuando exploro algo que me interese. Hice una película hace un par de años “El asesinato de  Jesse James” y está registrada como un fracaso. Pero yo amé esa película.

- Downey: Pero está registrada como un fracaso.

- Hawkins: No puedo creerlo. “Jesse James” es fenomenal.

- Pitt: Gracias. Mi punto es que soy absolutamente libre para hacer las cosas que me interesan. Creo que si a mi me interesa, también habrá otros interesados.

- Hathaway: Yo tengo una estrategia: Si no funciona, seré bendecida haciendo teatro. Después de mi experiencia con “Secreto en al montaña” y “El diablo viste a la moda”, soy lo suficientemente famosa para sentirme cómoda. Así que, si todo desaparece, estoy bien. Yo pongo eso como punto final... Luego vino “Raquel” y es muy extraño ser mucho más famosa de lo que pensé que era posible. Al mismo tiempo, todo se siente tan temporal y poco importante. Yo me liberé antes de que ocurriera eso para hacer los proyectos que me interesan.

- Downey: Yo no soy muy popular por decir estas cosas, y mi esposa siempre me dice que lo mantenga en secreto... pero para mí, los proyectos más grandes y más comerciales que hice son los más satisfactorios a nivel creativo, de mayor colaboración y aquellos con los que el público reacciona. De pronto hago una película independiente y la producción no puede pegarse en el trasero con ambas manos; son 50 simios tratando de patear una pelota de fútbol.  Y después de eso, tenés que ir a secarte los riñones en Sundance. ¿Qué sigue? ¿Shakespeare en la plaza por tres meses?

- Hawkins: ¡Yo hice eso!

- Sabés Anne, tu mamá está en YouTube.

- Hathaway: ¿Por qué está?

- Ella canta una canción genial.

- Hathaway: ¡Dios mío, no lo sabía! Bueno, véanla todos. Es muy talentosa.

- Anne, hablaste sobre Jonathan Demme como el primer director que te vio “ondeando tu insólita bandera”. ¿Cómo llegás al punto en donde confiás cómo te ve el director?

- Hathaway: Jonathan simplemente es un maravilloso ser humano y la persona más amable que he conocido. Sentí que no tenía sentido esconder algo porque no iba a verlo de todas maneras, y él estaba abierto, le importaba. Se convirtió en un terapeuta.

- Pitt: Yo busco un vínculo sexual.

- Hathaway: Bueno, también podemos tener eso.

- Langella: Yo he estado en esto más tiempo que cualquiera. Dado que todos somos actores, sabemos cómo es ir de la oscuridad a la luz. Nosotros somos los únicos que sabemos cómo es la señal: “¡Acción!”. Y de pronto estás desnudo enfrente de una lente. Debes tener un director que sepa lo vulnerable que sos. Un director puede aplastar el alma de un actor con una sola frase. Si yo siento que puedo confiar en un director, le doy cualquier cosa. Pero si no, una parte de mí quiere protegerse, y me hace pensar: “Salí de mi camino, déjame solo. Si no vas a ayudar, no me lastimes”.

- ¿Es cierto, Sally, que cuando empezaste a trabajar con Mike Leigh no sabías que “Un cuento sobre la felicidad” se trataba de vos?

- Hawkins: Sabía que con suerte terminaría con una parte agradable pero no sabía cuán agradable.

- Downey: Escuché que en esa película, debido a que tu personaje era tan optimista y lleno de vida, mantener eso durante todas esas semanas tuvo un costo. ¿Es cierto?

- Hawkins: Sí. Aunque ella está en un estado lleno de vida todo el tiempo, hay mucho debajo. “Sí, ¡ella puede hacer esto!”. Mike me presionó hasta que logré crear a un personaje ligeramente parecido a un duende, asociado con la compasión.

- Hablando de personajes, algunos de ustedes realmente se mantuvieron dentro del personaje durante sus películas. Frank, vos le pediste a todos en el set que se refirieran a ti como “señor Presidente”.

-Hathaway: Interesante.

- Langella: Nunca había hecho eso antes. Me gusta sentarme y comer donas, y a Kevin Bacon y a mí nos gusta contar historias subidas de tono. Pero en el momento en el que abrí la puerta, le dije a Ron Howard que tenía que mantenerme dentro del personaje. Así, la tensión a mi alrededor sería más grande. Si me hubiera salido del personaje, hubiera dejado de sentir esa intimidación que provocaba ser un presidente. Así lo hice por 32 días. Era muy solitario y muy correcto. Simplemente fui el presidente.

- Brad, cuando interpretas a Button como un joven hombre viejo, ¿pensás en él como viejo, o como un joven en un cuerpo viejo?

- Pitt: Cuerpo viejo, persona joven. Pero pienso que Frank obtiene el premio de grado de dificultad. Él hizo el papel de alguien que es toda una caricatura. ¿Cómo evitás deslizarte hacia la caricatura y al mismo tiempo darle humanidad al personaje? Pensé que era todo un logro y eso es todavía un misterio para mí.

- Langella: Hay mucho que decir sobre la diferencia entre los actores estadounidenses y los británicos. Los actores británicos llegan al personaje desde afuera. Y todos nosotros llegamos desde dentro.

- Todos ustedes parecen tener cosas para ayudarse a convertirse en sus personajes. Sally, Poppy usa ropa de colores brillantes. Frank, tú estás usando una peluca. Robert, ¿estabas preocupado por tu cara negra en “Una guerra de película”?

- Downey: El hecho de recibir una llamada de Ben Stiller fue lo suficientemente raro: “Estoy haciendo una comedia. Es como ‘White Chicks’ pero a la inversa”. Y pensé: “Este hijo de…”. Y luego me hizo gracia. Me acordé que mi papá había hecho una película en 1968 llamada “Putney Swope”, sobre un hombre negro que toma el poder en una agencia de publicidad. Era una película revolucionaria sobre la publicidad, la vida y lo que sucede cuando obtienes el poder. Él dobló la voz en toda la película, así que en realidad era él. Era raro; a veces los papeles que consigues terminan por ser parte importante en el camino de tu vida. Decidí hacerla; dos semanas después estaba en Hawai. Estábamos haciendo las pruebas de maquillaje y ahí está el truco: si sentís miedo, andá hacia él. Pensé que tendría la oportunidad de ser dominante, de presionar y de decir cosas raras dentro del personaje. Y, ya que era percibido como un asunto racista, estuve molestando a Ben con el asunto judío.

- El chiste con el personaje es que él siempre está en el personaje. ¿En realidad te mantuviste en el personaje?

- Downey: Es gracioso, porque el punto de la película es que es ridícula. Y sin embargo, es tan real... Como lo dijeron sobre  Nixon; tenés que mantenerte allí. Yo no suelo ser molestado. Por lo general, retrocedo en el momento de preparación de actor. Vos sabes lo que estás haciendo o lo que no estás haciendo. Ben realmente filmó lo mejor de todo eso. Era uno de esos momentos en los que la comedia humana es verdaderamente ridícula. Yo solamente  me divertía. Hay una escena, la escena del “completo tarado”, que estudié. Y para el resto de la película, leí las líneas de diálogo y traté de idear unas mejores. Pensaba: “¿Qué puedo hacer para que el operador de la cámara se ría como loco?”.

- Hawkins: Eso se vio en la película.

- Downey: Pero el llanto y todas esas cosas, Ben verdaderamente fue molesto el día que filmamos esa parte. Estaba dirigiendo una película con los brazos atados a la espalda. Para él, con su naturaleza de controlador, era la metáfora del siglo.

- Mickey, tu actuación en “El luchador” no parece realmente como si estuvieras actuando.

- Rourke: Fue doloroso. Realmente fui sustituido al principio cuando no podían reunir el dinero y me sentí aliviado. Hablando de directores, yo tengo que sentir respeto, así como confianza. Muchos pueden hablar bien y luego llegan al set de filmación y se doblan. Darren [Aronofsky] hizo su trabajo. Fue astuto; sabía como obtener lo mejor de mí.

- Pitt: Ustedes filmaron directamente, ¿no? Tuvieron un calendario horrible.

- Rourke: Tuvimos un mal calendario. Fueron siete meses subiendo de peso, cuatro meses de práctica de lucha. “No puedo pagarte, vas a hacer todo lo que te diga y nunca me vas a faltar al respeto enfrente del equipo de filmación”. Él es muy astuto y tiene coraje. Tuvimos un presupuesto muy bajo. Cuando hicimos las escenas de lucha, teníamos eventos de lucha verdaderos y hacíamos el rodaje muy rápido. Yo tenía que saber mi parte, mi pareja tenía que saber mi coreografía. Teníamos tal vez tres tomas antes de que empezara el siguiente asalto en vivo. Y luego, hubo una gran presión de hacerlo bien frente a 3.000 fanáticos de la lucha.

- ¿Tuviste muchos moretones?

- Rourke: Sí. Esa es parte de la razón por la que estuve feliz cuando me sustituyeron.  Al final, fue algo bueno. Me había olvidado cómo se sentía. Todos estos hombres, los luchadores de la vieja escuela de la década de 1980, Ric Flair, Brutus Beefcake, todos ellos vinieron al estreno. Estábamos nerviosos porque queríamos su aprobación. Y Roddy Piper empezó a llorar y ahí me di cuanta de que habíamos estado bien, de que habíamos realizado un buen trabajo.

- Hathaway: Yo tenía un muñeco de  Piper cuando era chica.

- Rourke: Es un hombre estupendo.

- Downey: Los mejores directores son con los que podés tener los momentos calientes, problemáticos, de prueba. Porque de esa forma no es una relación agresiva, no cultivás un resentimiento. Guy Ritchie (quien está dirigiendo a Downey en “Sherlock Holmes”) decía: “Compañero, tengo que decírtelo, sos tan tóxico; todo el mundo lo siente”. “¿De verdad? Y vos sos como Rain Man, hijo de p...”. Y lo sacábamos. En ocasiones mi esposa estaba allí y me decía: “Las cosas se están poniendo un poco tensas”. Pero lo sacás afuera, volvés al día siguiente y pensás: “Eso fue ayer, y acá estamos”. Lo mío es un poco torcido. Quiero estar cerca de mi director. Quiero que tengamos esta cosa impermeable. Ésa es la parte enferma. Yo quiero esta comunión, pero si ellos no quieren eso tengo que cuidarme solo. Pero cuando sí lo quieren es fantástico. Y algunas veces es cosa de estatus. Trabajé con Oliver Stone, solía sentarme al pie de su silla y extender mi mano para tomar la suya. Y platicaba con él, y él solía decirme: “Parecías un lagarto cuando te vi en el bar anoche”.

- Hawkins: Con Mike, creés que vas a hacer una escena fantástica. ¡Es una improvisación muy larga! Y él estará dormido en el asiento trasero de un auto. O simplemente no está allí.

- Downey: ¿Él dirige desde un auto?

- Hawkins: En la improvisación, tuvimos unas lecciones de manejo en tiempo real, en las calles de Londres. Vos trabajas durante días y Mike está tirado en el asiento trasero.

- ¿Se graban esas improvisaciones?

- Hawkins: No. Él invita a un supervisor de guión que tiene una habilidad sorprendente en taquigrafía. Y vos regresás al ensayo, lo destilás y le das el tono.

- ¿Tenés planeado trabajar en EE. UU. ahora?

- Hawkins: Me gustaría. Ésta es la segunda vez que estoy en Los Ángeles.

- Langella: Nuestras condolencias.

- Rourke: Vete tan pronto como puedas.

- Hathaway: Tengo una pregunta. Tres de nosotros hicimos películas con cámaras tipo handheld, incluyendo “El casamiento de Raquel”. Mickey, ¿crees que esto te ayudó?

-Rourke: Me ayudó mucho. Yo ni siquiera conocí a Evan Rachel Wood. Ni siquiera nos presentamos. La gran escena que hicimos juntos fue realmente intensa. Debido a la libertad que da este tipo de cámara, no tuvimos que hacer mucho. El error que cometí es que lo dejé salir todo en las primeras dos tomas. Y todavía teníamos una larga noche de filmación. El director me dijo: “Mickey, ella te está liquidando”. Yo dije, “Sí, ella me está liquidando y yo apesto. Tienes dos tomas hechas. ¿De qué te estás quejando?”.

- Pitt: Fue un trabajo conmovedor de un genio sorprendente. Sentado aquí, me doy cuenta de que estoy sentado con tres actores que lograron y sobrevivieron a este negocio durante tres décadas. Eso es un logro en sí mismo.

- Langella: Yo soy mucho más viejo de lo que piensas.

- Pitt: ¿Cuatro décadas? ¿Son casi cinco?

- Rourke: Espera un momento, yo estuve sin trabajo durante una década.

- Downey: Vos pudiste haber tenido unos 10 años lentos pero yo básicamente no estuve en mi cuerpo por 25 y tengo como 65 créditos durante ese período de tiempo. Pienso que el trabajo me mantuvo con los pies en la tierra. Tengo preguntas más relevantes. Mickey, ¿considerarías la posibilidad de estar en “Iron Man 2”?

- Rourke: ¿Con vos? ¡Absolutamente, hermano!

- Entonces, ¿esto es realmente un trato?

- Downey: No, sólo le pedí que lo considerara.

- Hathaway: Robert, ¿al menos considerarías estar en la película “El diario de la princesa 3” conmigo? Ésa es mi pregunta. [Risas].

- Bueno, se terminó nuestro tiempo. Ya podemos dejarlos ir.

- Langella: Me gustaría agregar a esta entrevista que, a propósito, soy el hombre más viejo en la mesa y el único que no se levantó para ir al baño.

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