El presidente Alberto Fernández se reunió este lunes con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, para analizar medidas ante el aumento de precios que registran diversos productos que la Argentina exporta y que impactan en la economía nacional, y dejó trascender que el cierre de las exportaciones de aceite y harina de soja, criticado por las entidades agrarias y hasta gobernadores aliados, será "transitorio".
Frente al enojo del sector agropecuario que ya empezó a analizar una medida de fuerza, Fernández hizo saber que el cierre de las exportaciones es algo "transitorio" hasta que haya un acuerdo con los sectores involucrados, al tiempo que aclararon desde el Gobierno que una suba de derechos de exportación "solo lo puede hacer el Congreso".
La decisión de aumentar las retenciones que probablemente se comunique en los próximos días, puede ser acompañada por un aumento de derechos de exportación al trigo y el maíz, aunque deberían pasar por el Congreso. En el Gobierno rechazan de plano que se haya tomado esa decisión, aunque evitan dar mayores detalles sobre el alcance del anuncio que, trascendió, hará el primer mandatario. "No va a afectar al productor", indicaron fuentes oficiales.
El jefe de Estado mantuvo contacto con Domínguez y con otros ministros del área económica durante el fin de semana. "Hay que sacar el tema de la suba de retenciones; eso solo lo puede hacer el Congreso", insistieron voceros cercanos a Fernández.
En ese sentido, explicaron que en el abanico de medidas que se podrían adoptar para mitigar el impacto interno de las subas, se cuentan desde los fideicomisos hasta el aumento del diferencial de Derechos de Exportación, donde el Ejecutivo tiene aún margen de acción sin pasar por la legislatura.
Hasta el momento están cerradas las exportaciones, pero no hubo un aumento de retenciones. Con la medida, el Gobierno aumentaría las retenciones de ambos productos del 31% al 33% por razones fiscales. De esta manera se suprime el diferencial de derechos de exportación que hay entre el poroto de soja que paga 33% y los subproductos. De ahora en más todos pagarían 33% de retenciones. Si pasa, la recaudación aumentará unos US$ 450 millones, según estimaciones; es decir, 0,9% del Producto Interno Bruto (PIB).
Más allá de las explicaciones oficiales, los ruralistas y gobernadores como el oficialista Omar Perotti (Sante Fe) y el cordobés disidente Juan Schiaretti salieron a criticar la medida. El gobernador de Córdoba, a quien no le avisaron sobre el cierre, afirmó que la medida "desalienta la producción y frena el ingreso de divisas", al tiempo que Perotti, que tampoco fue advertido, advirtió sobre la necesidad de "tener cuidado con incentivar a la desindustrialización" con medidas como la oficializada el domingo.
Mientras productores autoconvocados comenzaron a debatir salir a las rutas ante la medida, desde la Mesa de Enlace también cuestionaron al Gobierno. El presidente de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, dijo que con estas decisiones "uno pierde totalmente la confianza y evidentemente muestra la falta de interés por parte del Presidente. Se sigue tomando el camino equivocado, del que hay que tomar".
Su par de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro), Carlos Iannizzotto, dijo que sintió "mucha decepción" al conocer la noticias, y aseguró que "la bronca del productor es muy grande". Mientras que el titular de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, habló de una posible movilización del sector ya que con esta medida "perdemos tiempo, dinero y no logramos posicionar a la Argentina".