Intendente se niega a cerrar un cabaret: "Da contención"
"Mucha gente que está sola va y puede tener un rato de esparcimiento", dice.
El intendente de la localidad pampeana de Lonquimay, Luis Rogers, se opone al cierre de un cabaret ubicado sobre la ruta nacional 5. El funcionario argumenta que esos locales nocturnos son "lugares de esparcimiento" y que su cierre podría causar "clandestinidad, tráfico de drogas y trata de menores". También dice que es un lugar de "contención espiritual" para los jóvenes y un establecimiento que brinda un servicio para los camioneros y los viajantes.
"Un cabaret es un lugar de satisfacción y de alegría. Mucha gente que está sola va y puede tener un rato de esparcimiento. Esto ocurre en muchos lugares del país y del mundo", aseguró.
Lonquimay tiene un cabaret, Good Night. Está sobre la ruta nacional 5, una vía muy transitada: por allí van los camiones con hacienda hacia Buenos Aires y hacia el sur del país.
La polémica comenzó cuando las autoridades municipales de la capital pampeana, Santa Rosa, sancionaron una ordenanza que establece el cierre de los cabaret y wiskerías. Después se sumaron otros pueblos.
La secretaría de Derechos Humanos pidió a todos los municipios que se sumen a esta política porque los cabaret son "clave para la explotación de la prostitución y la trata de personas". Pero Rogers no está de acuerdo. Y anticipó que si el Concejo Deliberante sanciona una ordenanza para cerrar el cabaret de Lonquimay, la va vetar.
Entre las razones que esgrime para defender al local nocturno, el intendente destaca que un cabaret es "un lugar de esparcimiento" y "nada más" que eso.
"Un cabaret es un lugar de satisfacción y de alegría. Mucha gente que está sola va y puede tener un rato de esparcimiento. Esto ocurre en muchos lugares del país y del mundo", aseguró.
Lonquimay tiene un cabaret, Good Night. Está sobre la ruta nacional 5, una vía muy transitada: por allí van los camiones con hacienda hacia Buenos Aires y hacia el sur del país.
La polémica comenzó cuando las autoridades municipales de la capital pampeana, Santa Rosa, sancionaron una ordenanza que establece el cierre de los cabaret y wiskerías. Después se sumaron otros pueblos.
La secretaría de Derechos Humanos pidió a todos los municipios que se sumen a esta política porque los cabaret son "clave para la explotación de la prostitución y la trata de personas". Pero Rogers no está de acuerdo. Y anticipó que si el Concejo Deliberante sanciona una ordenanza para cerrar el cabaret de Lonquimay, la va vetar.
Entre las razones que esgrime para defender al local nocturno, el intendente destaca que un cabaret es "un lugar de esparcimiento" y "nada más" que eso.