En el contexto de la columna publicada por Mauricio Macri en el diario La Nación, anticuarentenas, anti gobierno, anti K, liberales de ultraderecha y demás facciones extremistas se reunieron en torno al Obelisco en una suerte de protesta.
La marcha se realizó a pesar de las determinaciones tomadas por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, conducido por Horacio Rodríguez Larreta, y además desoyeron las indicaciones del personal de la Salud, repetidas hasta el cansancio por todos los medios de comunicación del país.
En medio de una crisis pandémica sin precedentes, en la que los contagios siguen multiplicándose, con el riesgo de hacer estallar el sistema sanitario del país, y los muertos continúan acumulándose, manifestantes de extrema derecha, agrupados en varias facciones, irresponsablemente se agruparon en torno al Obelisco sin mantener distanciamiento social necesario para evitar contagios.
Gritaron violentísimas consignas, agredieron a varios trabajadores de prensa y hasta provocaron salvajemente a los uniformados que Larreta dispuso para evitar disturbios.
Y este fue un diferencial: a diferencia de otras marchas, esta vez se hizo presente personal policial, especialmente para custodiar la presencia de los medios que transmitieron la protesta. En la imágenes, pudieron observase la presencia de numerosos hombres y mujeres pertenecientes al rango etario más peligroso para la pandemia covid-19.
Por momentos la protesta se descontroló. El "relato pacifista" de la misma se vio enfrentado claramente a vociferaciones e insultos irreproducibles, cargados de una violencia y odio difíciles de calificar.