De Vido estaba detenido con una pulsera electrónica en su casa de Zárate desde el 13 de diciembre pasado. Previo a que le otorgaran la prisión domiciliaria, había estado dos años preso en la cárcel de Marcos Paz.
Una vez que le dieron la libertad, Ferraresi lo convocó a su despacho, mandando un tiro por elevación al Presidente y al Jefe de Gabinete, a quienes había cuestionado justamente por la presencia de "presos políticos" en el gobierno.
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"Recibimos a Julio De Vido y su esposa, Alessandra Minnicelli. Coincidimos en la importancia de que todos los presos políticos recuperen su libertad como un paso necesario hacia la recuperación del estado de derecho en nuestro país", afirmó el jefe comunal en un tweet que publicó tras el encuentro.
No es un debate menor en el oficialismo. En los últimos meses, De Vido había criticado fuertemente a Alberto Fernández por considerarse un "preso político". La respuesta del Presidente no tardó en llegar y se armó un revuelo importante que tuvo como protagonistas a miembros del propio gobierno. De hecho, Ferraresi fue uno de los que había salido a cruzar al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que en defensa del Presidente había sostenido que en el país no había presos políticos sino detenciones arbitrarias.
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"Lo semántico no tiene sentido, lo importante es trabajar por la libertad. Tenerlo en agenda y exigirle a la Justicia que haga lo que tiene que hacer", había dicho el alcalde. Ahora el intendente del ala dura del cristinismo manda otro gesto, pretendiendo ser más papista que el papa, y recibe a De Vido en su despacho. Con un mensaje que apunta además a otros casos de detenciones de funcionarios y dirigentes kirchneristas, como Amado Boudou y Milagro Sala.