Alberto lograría un acuerdo similar al de Néstor Kirchner en el 2003
El FMI aceptará la propuesta argentina, que no dejará que le marquen la cancha. Será un plan de pagos al estilo del que firmó el ex presidente en su gestión y comenzará a pagar en 2024.
Son momentos de definiciones para el Gobierno de Alberto Fernández. La gira del presidente tuvo un efecto dominó y hasta se le alinearon los planetas. Quizás todos entendieron que era la única luz al final del túnel y no había otra salida. Según consigna el periodista Carlos Burgueño, en su artículo de hoy en Ámbito Financiero, Argentina le reconocerá toda la deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI). Procurará llegar a un acuerdo estratégico con el organismo, en medio de las negociaciones con los privados, días después del primer road show con los acreedores programado para el 9 de marzo en Nueva York.
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Comenzará a pagar la deuda con el Fondo en 2024, y no se le pedirá al país ningún ajuste extra ni en la política laboral, ni en la evolución del gasto público social. Se le aceptará además hasta diciembre de 2023 un desvío fiscal de no más de 0,5%, siempre que éste se justifique por el gasto social.
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El organismo que dirige Kristalina Georgieva finalmente aceptará la apuesta más importante: no habrá acuerdo del tipo Facilidades Extendidas, sino un plan de pagos al estilo del que firmó Néstor Kirchner en 2003. Cuando esto se concrete, lo que podría ocurrir en la segunda quincena de marzo (dependiendo del cronograma del Fondo y las posibilidades de reunión del board), Alberto Fernández podrá mostrar puertas adentro que comenzó su gestión dando los mismos primeros pasos que su entonces jefe y mentor patagónico: solucionando la relación con el organismo financiero internacional y poniéndose a punto para negociar con dureza con los acreedores privados.
Para el Gobierno, en el comunicado de ayer, donde se confirma la insostenibilidad de los números de la economía argentina y la posibilidad de pagar la deuda externa en tiempo y forma, se refleja, además de la buena voluntad de Kristalina Georgieva, la buena mano de Luis Cubeddu. Se le adjudicaba ayer en Buenos Aires al venezolano, la positiva mano técnica para que se le dé un guiño final a los números que le iban mostrando Guzmán y el resto de los funcionarios con los que se iba reuniendo.
El jefe de la misión argentina, demostró (al menos para los ojos del oficialismo) comprensión y buena voluntad para avalar la política fiscal que le ofrece respetar Economía; factor que respondería a su experiencia como integrante de aquel equipo que comandaba el indio Anoop Singh, que en 2003 fiscalizó las cuentas locales y recomendó el acuerdo que en septiembre de ese año firmó Néstor Kirchner con el entonces director gerente del FMI, Horst Köhler.
Este también había roto el corset del "Facilidades Extendidas", formalizando un simple plan de cuotas. En aquel tiempo, tanto Köhler, como la irreductible número dos del FMI Anne Kruger, presionaban para que el país aceptara, sin más, los estatutos oficiales de la carta orgánica para poder formalizar la situación. Sin embargo, una negociación directa entre Kirchner y el presidente norteamericano George W. Bush torció la historia a favor de la Argentina.
El jefe de Estado de EE.UU. habló directamente vía telefónica con Köhler; y le indicó que apoyaría al país en aquel acuerdo particular; que, curiosamente, violentaba el estatuto del organismo. El alemán no tuvo alternativa, y aceptó. Uno de los ejecutores de aquellas negociaciones, junto con Lavagna, fue el entonces jefe de Gabinete Alberto Fernández. Curiosidades de la historia: la experiencia podría repetirse en 2020; también con Fernández como actor principal y Cubeddu como reparto; pero con otros protagonistas necesarios, como Donald Trump, Angela Merkel y Kristalina Georgieva y Martín Guzmán. Otro actor que se repetiría, Alejandro Werner, quien en 2002 era observador premium y hoy (aún) director para el Hemisfério Occidental. Se dice que el mexicano-argentino sobrevivió a la purga que terminó con la reciente salida del norteamericano David Lipton, porque aún mantiene buenas relaciones con el gobierno de Alberto Fernández y puede hacer aportes importantes para el éxito de la meganegociación entre el FMI y el país. Si estas terminan siendo exitosas, probablemente mantenga su cargo.
Las negociaciones entre el Gobierno y el FMI dejan Buenos Aires y se mudarán a Rihad y Washington. Martín Guzmán tendrá un largo encuentro con Georgieva en la cumbre del G-20 de Arabia Saudita, donde los papeles elaborados por Cubeddu en los últimos días serán discutidos cara a cara entre el funcionario argentino y la búlgara. Será el momento para terminar de cerrar los puntos generales del acuerdo, para que la directora gerente pueda comenzar a plantearlos ya oficialmente ante la cúpula del organismo en la capital norteamericana. Si, como se espera, todas las partes están de acuerdo; comenzará el proceso para llevar el tema a su máximo lugar de decisión: el directorio del FMI; donde serán los representantes de los socios los que decidirán el destino de los u$s44.000 millones que se le deben al organismo.