¿De qué va todo esto del romance de Vidal con Sacco, sus lujosos viajes, su regreso al llano con una repentina y mediática aparición pública? La pregunta surgió en una mesa política de un importante municipio del conurbano. Primero casi en broma, entre risas, pero inmediatamente después, con la respuesta del más pensante, se repitió con el pánico de una posibilidad monstruosa.
Para algunos. La idea de que María Eugenia Vidal vuelva al ruedo embarazada, con un bebé en brazos y se convierta en la Virgen María de 2021. "De eso va el romance", dijo el más pensante. Y la proyección comenzó a circular en varios despachos de alcaldes bonaerenses, preocupados y ocupados en posicionarse para el 21 y, sobre todo, para la gran revancha: la gobernación de la provincia de Buenos Aires en 2023.
Otro funcionario provincial, que entiende de marketing y de campaña, señala a 24CON que, detrás de esta lógica de pensamiento está nada más ni menos que el sello de Jaime Durán Barba, que ahora se lanzó en modo ultra K o, al menos, se puso a hacer migas con el oficialismo. No sería extraño si se tiene en cuenta que el consultor ecuatoriano, caído en desgracia después del estrepitoso derrotero de su figura central, el ex presidente, esté ahora haciendo, en reserva, counching y laboratorio de ideas para los alcaldes de la provincia.
Recordemos que el domingo Durán Barba salió con una explosiva declaración ponderando a Cristina como la dirigente más brillante de la historia argentina. La apreciación no le debe haber sentado mal a la ex presidente, que llegó a compararse con Evita, Perón, Belgrano y San Martín. Lo que le atribuyen a María Eugenia, sin embargo, no es menos prominente: una leona sacralizada que se convertirá en la virgen de 2021 será sin dudas una presa difícil de combatir.