El jueves por la tarde, personal de Prefectura Naval encontró el cadáver de Naira Durán, de 25 años, dentro de un tacho de 200 litros a orillas del río Paraná, en San Pedro. La joven estaba desaparecida desde el domingo y su pareja fue detenida como principal sospechoso del femicidio.
Según la denuncia realizada por la abuela de la víctima, Naira tenía problemas de adicción y solía ausentarse por días sin avisar. La última persona que tuvo contacto con ella fue su tía, quien la vio vestir pantalón de jeans, borcegos negros y campera de cuero negra con cadenas doradas. Naira tenía un tatuaje en la frente que decía "Flow" y otros en las extremidades.
La fiscal del caso, María del Valle Viviani, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 7 de San Pedro, se trasladó al lugar del hallazgo junto con peritos de Policía Científica. El primer análisis forense reveló que Naira presentaba varias puñaladas.
La fiscal ordenó la detención de Mario Damián Gil, de 31 años, quien convivía con Naira en una casa de la calle Dávila. En el allanamiento realizado en el domicilio se secuestraron dos teléfonos celulares, uno de ellos perteneciente a la víctima.
Las fuentes judiciales consultadas indicaron que las hipótesis que maneja la fiscal, en base a testimonios y pruebas obtenidas, es que Naira, su novio, su prima y otros dos amigos se habían reunido el domingo en el predio de la calle Dávila para tomar cerveza y escuchar música. En un momento se generó una discusión entre las mujeres y fue cuando se cometió el crimen. Todavía se trata de esclarecer los detalles.
Este brutal femicidio conmocionó a la ciudad de San Pedro y se suma a la larga lista de casos de violencia de género que azotan al país. Según el último informe del Observatorio MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), entre el 1° de enero y el 31 de julio de este año se registraron 213 femicidios en Argentina, lo que significa que una mujer es asesinada cada 30 horas por su condición de género.