Las "viudas negras" de Instagram: las invitó a su casa y le robaron todo
El joven de 20 años fue encontrado por un amigo. Estaba totalmente dormido.
"Amigo, ¿te vas a dar una vuelta? Voy con dos amigas, necesito del depto...". El pedido, en código aunque lo suficientemente explícito, tuvo una respuesta inmediata y positiva. Amigos son los amigos. El drama llegaría después.
Ocurrió en Domingo French al 1200, de Villa Martelli, el lunes a la noche. Luego de varios mensajes a través de Instagram, Fernando P. logró coordinar la cita que tanto deseada. Las chicas eran dos.
Una charla, tipo previa, una cena y varios tragos de alcohol. La noche se fue metiendo en la madrugada y todo parecía que iba a terminar como el joven de 20 años imaginaba. Hasta que el cansancio le fue ganando la pulseada, el sueño apareció de repente y de golpe todo se apagó.
El anfitrión no vio más a las chicas, aunque ella seguían ahí. Y dispuestas finalmente a llevar adelante su plan: robarle todo lo posible.
Artículos electrónicos, 13 relojes, unos 46.000 pesos en efectivo, un Iphone... todo fue a parar al baúl del auto del muchacho, un reluciente Volkswagen New Beetle de color blanco, pare desaparecer en cuestión de segundos.
Cuando el amigo consideró que la vuelta que había dado ya era suficiente, volvió. Al entrar, la sorpresa. Su amigo dormido, totalmente anestesiado, las copas vacías y de las chicas ni un rastro.
Al despertarlo se supo la verdad. Alguna sustancia lo había dejado sin fuerzas, ni siquiera para mantener los ojos abiertos. Y cuando miró para la calle, se dio cuenta que su auto ya no estaba. Cuando quiso hacer un llamado, tampoco encontraba su celular. Y así con la plata, también con los relojes.
Los dos fueron hasta la comisaría 4° de Villa Martelli, a radicar la denuncia. Horas más tarde, el auto fue encontrado gracias al rastreo satelital, en Villa Ballester. Ahora se investiga el contacto de Fernando P. con las chicas, para tratar de dar con ellas y con, seguramente, algún cómplice.
El hecho es investigado por el fiscal Gastón Larramendi, de la UFI Vicente Lopez Oeste.
Clarín
