Frente a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1º de Morón, el sacerdote dio un mensaje religioso y pidió que el Espíritu Santo les diera la luz para absolverlo.
"Yo soy inocente y por eso mis frutos son buenos. En este juicio fui respetado. Pido para ustedes la luz del Espíritu Santo para pedirles mi absolución", afirmó al exponer por última vez ante los jueces que deben dictar un veredicto.
Durante 35 minutos Grassi leyó un breve discurso en el cual remarcó que la gravedad de las acusaciones en su contra lo afectan de sobremanera: "A pesar de no demostrar dolor, lo siento, y disimular (que el caso no lo afecta) me permite seguir adelante de mi obra", dijo, según relataron testigos de la audiencia.
Además insistió en su condición de sacerdote: dijo que desde su adolescencia se imaginó ser cura y hasta afirmó que predica en los medios de comunicación "como lo habría hecho San Pablo si hubiera estado en nuestra época". Tras escucharlo, los jueces del TOC 1 pasaron a un cuarto intermedio hasta el miércoles 10 de junio, a las 14, cuando darán a conocer si Grassi es condenado o absuelto.
Como era de esperarse, el tribunal tomará esa decisión a puertas cerradas y sin permitir el acceso a la prensa, tal como ha llevado adelante el juicio oral que comenzó en agosto pasado. Al salir de la audiencia, Grassi afirmó que "las pruebas me favorecen absolutamente" y se mostró optimista, asegurando que "al final de esta historia veo la absolución".
Grassi consideró que los querellantes "no pudieron demostrar las acusaciones que me hacían". Con respecto al calificativo de "depravado" que le colocó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, reclamó que "se tenga respeto por el principio de inocencia" y se ilusionó con que "si hay un fallo absolutorio, (Carlotto) cambie su idea de mí".
El fiscal Alejandro Varela, por su parte, afirmó que volvería a hacer la misma acusación, en la que pidió 30 años de cárcel, y afirmó que la defensa "basó sus argumentos en repetir sus argumentos anteriores de hablar del complot". "Volvería a hacer la misma acusación. Además la defensa ha pasado una línea en su alegato de la que no se vuelve. Usted puede creerle o no a un testigo, pero no burlarse o hacer referencia a que ese denunciante era huérfano", dijo a los periodistas.
Por su parte, el abogado querellante Juan Pablo Gallego afirmó que Grassi se mostró como un "un monstruo que trató de emocionar sin suerte al tribunal", y confió en que el 10 de junio el cura "salga esposado para que sea el comienzo de la reparación para las víctimas que tanto sufrieron".
Grassi está acusado por 17 hechos de presunto abuso y corrupción de menores cometidos contra los jóvenes Luis, Gabriel y Ezequiel, que estaban bajo su cuidado en la Fundación Felices los Niños. Aquellas denuncias se conocieron en 2002 a través de un informe de "Telenoche Investiga", pero desde entonces Grassi insiste (públicamente y en el juicio) con que es inocente, que los abusos no existieron y que hubo "complot" en su contra.
Durante el juicio oral declaró un grupo de peritos que analizaron a los denunciantes y (según el criterio de la Fiscalía y la querella) los expertos fueron contundentes a la hora de decir que los ex menores eran veraces en sus dichos. Los fiscales Alejandro Varela y Carolina Rodríguez acusaron a Grassi de diferentes hechos de abuso sexual y corrupción de menores y exigieron 30 años de prisión para el sacerdote, además de impulsar investigaciones por falso testimonio para varios testigos.
Los representantes legales de Gabriel, Ezequiel y Luis también pidieron graves condenas: la máxima llegó a los 37 años de prisión. Sin embargo, la defensa rechazó las acusaciones basándose en que los abusos no existieron, y pidió la imputación por "falso testimonio agravado" de los menores que denunciaron al sacerdote.
La decisión, ahora, la tomarán los jueces Luis María Andueza, Mario Gómez y Jorge Carreras, que escucharon a más de 120 testigos a lo largo de nueve meses de audiencias.
21 de mayo de 2009