Una mujer de 38 años que salió el viernes por la mañana de su casa de Temperley para trabajar en la Ciudad de Buenos Aires, no volvió a ser vista y es intensamente buscada por familiares y amigos. Su hermana apuntó al marido, Alberto, que trabaja como encargado de edificio en Capital, porque tenían "constantes" peleas por celos. Pero él rechazó la acusación y dijo que sólo tuvieron "discusiones de pareja".
Susana Beatriz Leiva es empleada doméstica en el barrio porteño de Recoleta. Para llegar, toma el tren Roca hasta Constitución y de allí el colectivo 67. La mujer vive en Temperley con su esposo, Alberto Ponce, y dos hijos, uno de un año y seis meses y otro de 10, producto de una relación anterior.
Angelina Bianchetto, hermana de la mujer desaparecida, contó que Susana y Alberto tenían "discusiones constantes por celos". "Alberto es demasiado celoso y, mientras yo recorría hospitales y comisarías buscándola, él no se movió de la casa", detalló Angelina. "Él sabe dónde está", agregó.
Por su parte, Ponce relató que las discusiones eran "temas solucionables" que muchas veces habían resuelto con un simple mensaje de texto. Además, negó que los problemas fueran por celos, sino por el trato de Alberto al hijo mayor de la pareja. "No le pegué al nene ni nada por el estilo", aclaró, a pesar de que no se le consultó si había agredido al chico.
La hermana de Susana contó que el día en que la mujer desapareció, el portero no fue a trabajar. Además, reveló que, en una ocasión, Ponce le dijo a su esposa que "todas las empleadas domésticas son putas". El encargado reconoció la ausencia del viernes y argumentó que tuvo problemas de cintura. Al día siguiente, según su relato, una visitadora médica fue a su domicilio.
Analizan la SUBE
"Es una mujer súper responsable. Ella trabaja conmigo desde hace 12 años y jamás faltó sin avisar. Cuando vi que no llegaba la llamé al celular y me atendió el marido, quien me dijo que se había olvidado el artefacto en su casa, pero que había salido como cada día a trabajar", indicó María del Carmen, empleadora de Leiva.
"Sus hermanas, que revisaron junto al marido la casa de Beatriz, me dijeron que no encontraron ni su cartera ni el documento, por lo que inducen que se lo había llevado", agregó la mujer.
Las hermanas de la desaparecida ya recorrieron hospitales y se encuentran aguardando los resultados de un informe que los investigadores pidieron de la tarjeta Sube, para ver en qué tramo del trayecto se le perdió el rastro. También analizan el celular.
La última vez que fue vista, Susana Leiva vestía zapatillas blancas, jeans azules y una campera negra de gabardina. La denuncia fue radicada en la comisaría de Temperley y en la UFI Nº 3 de Lomas de Zamora.
23 de julio de 2013