El dueño de la "granja de  moscas" hizo su descargo

La perseverancia de los vecinos valió la pena. Las moscas y demás insectos que les invadían los hogares no volverán a molestar. El Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), clausuró la granja “Plumas Blancas”, que se ubicaba al kilómetro 5 de la Ruta 28 del partido de Pilar. Sus reiteradas denuncias llegaron a buen puerto, aunque el dueño del establecimiento manifestó a través de una carta que no bajará los brazos para volver a abrir su negocio.

Domingo Rimasa, responsable del emprendimiento, destacó en la misiva que el cierre del lugar se debió a cuestiones vinculadas con lo inmobiliario. Asimismo, dejó en claro que su negocio funcionaba con las habilitaciones correspondientes.  “La granja se instaló en el año 1968, en pleno campo cumpliendo con todos los requisitos de las normas vigentes (…) y hoy está instalada en un área que para el Municipio es rural, es decir apta para el desarrollo de actividades de esta naturaleza”, indicó

En el descargo que publicó el sitio Pilar de Todos, Rimasa sostiene que “la campaña que vienen llevando a cabo vecinos de countrys y barrios cerrados de la ruta 28 en Pilar, intentando que la granja avícola (…) desaparezca, hasta ahora ha logrado el apoyo arbitrario de algunas autoridades”.

Para el dueño de la granja el problema está en que esas tierras eran rurales. La llegada de empresarios que compraron esos terrenos al precio establecido en su momento, y luego lo convirtieron en urbano con la construcción de barrios privados, generó la incomodidad de los ciudadanos linderos a la granja.

“Proliferaron de tal forma aprovechando la facilidad con que eran habilitados que terminaron formando una verdadera trama urbana. Ocupada por gente generalmente pudiente, les molesta la presencia de una granja aunque la misma cumpla con todos los requisitos de la ley”, expresa la carta.

Si las autoridades deciden convertir el área en urbana, “deben cambiar la zonificación y ordenar el traslado de dichos establecimientos previa indemnización al granjero”, reclamó Rimasa y concluyó “decidieron aplicar sanciones infundadas, parapetados en la arbitrariedad con que se manejan. Si siguen por ese camino, la Justicia dará su última palabra”.

La ausencia de estudios de impacto ambiental y certificaciones de fumigaciones vigentes, derivaron en la clausura de Plumas Blancas. Además, siempre según el OPDS, tampoco tenía habilitación Municipal. De todos modos, la granja funciona por una medida cautelar dictada por la Justicia, que presentó la firma en 2007 cuando la Comuna decidió, también por las mismas quejas vecinales, retirarle la habilitación.

 

 

 

 

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