Caso Aló: los padres de Carolina reciben amenazas

Mató a su novia de 16 años con 113 puñaladas. Cumple su condena en Magdalena pero desde su celda continúa atormentando a la familia.

El caso Aló sorprendió a la sociedad argentina a mediados de los noventa. La violencia de género aún no era un tema de agenda, sin embargo lo que llamó la atención no fue sólo el crimen pasional sino la extrema alevosía del asesino. Según las pericias la joven Carolina murió con las primeras puñaladas, pero él se detuvo recién cuando llegó a la 113.
 
"Tablado es como un cáncer que nos vive amenazando". Así define Edgardo Aló a Fabián Tablado, el hombre que en 1996 mató de 113 puñaladas a su hija de 16 años, Carolina. Pasaron 15 años, y el asesino está en prisión desde entonces, pero la familia Aló no logra alcanzar la paz.

Edgardo se lamenta: "Justicia no vamos a tener nunca, porque la única Justicia sería que me devuelvan a mi hija". Tampoco el hecho de que el asesino haya sido condenado y enviado a prisión lo tranquiliza.

"Lo condenaron por homicidio simple, cuando debería haber sido calificado y agravado por la alevosía", explica el padre de Carolina. "De esa manera no hubiera tenido ningún tipo de beneficio", según publicó el diario La Nación.

En febrero del año pasado, Tablado cumplió dos tercios de su condena a 24 años de prisión y quedó técnicamente en condiciones de salir en libertad condicional. "Ya en la cárcel es peligroso, no me quiero imaginar estando afuera", dice Edgardo, y cuenta que sufrió amenazas reiteradas en nombre de Tablado. "Me mandaban a decir que no me meta con él, que se la iban a agarrar con mi hijo, que me iban a tirotear la casa", dice. "Tuve custodia policial durante cuatro años. Después de lo que le hizo a mi hija, encima tenemos que seguir viviendo con esto".

La alevosía con que Tablado mató a Carolina no pareció amedrentar a todas las mujeres. Estando en prisión, el asesino tuvo varias novias e incluso se casó.

Gabriela Palavecino, una de sus ex novias comprendió el peligro que representaba estar con Tablado e intentó salirse de la relación, bajo amenazas. En medio de este proceso, habló con Edgardo. "Me llamó para preguntarme si era cierto lo que había hecho Tablado. Y me habló de las cartas que él le mandaba, donde manifestaba su narcisismo, su actitud posesiva". Gabriela comenzaba a ver la verdadera cara de Tablado.

Incluso le contó a Edgardo que a ella también quiso matarla, con una bombilla, por haberlo ido a visitar con pantalones ajustados. "Ella lo denunció y recibió amenazas. Tuvo que mudarse tres veces", dice el padre de Carolina.

Según Edgardo, las cartas de puño y letra de Tablado mencionan que se siente "orgulloso" de lo que es, que está en "la facultad del crimen" (en referencia al sistema carcelario) y que va a "salir hecho un asesino perfecto". También hay amenazas, en las que sostiene que "no se va a volver a equivocar" y que cuando salga va a "poner a todos de rodillas".

"Es un sádico, un narcisista, un perverso. Es una persona que no debería caminar libre por las calles", dice Edgardo. Y pide a las jóvenes que tomen conciencia de estos hechos. "No permitan ni un solo sopapo. No permitan que más familias sufran lo que tenemos que sufrir nosotros, con el dolor de haber perdido a Carolina".

El asesinato de Carolina comenzó con golpes que dejaron a la joven sin defensas, y terminó con 113 puñaladas. Ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado en Tigre. "En mis 25 años de carrera nunca había visto tanta violencia", aseguró uno de los investigadores a cargo del caso.

1 de julio de 2011
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