Tiene dos nombres apócrifos: “Feria las pulgas” o “Paseo de las oportunidades”. Se trata de una improvisada y desprolija unión de al menos 200 puesteros que en forma ilegal, venden todos los domingos desde hace más de ocho años “cosas usadas” cerca de la estación Don Bosco, en Quilmes. Hace más de veinte días, el Municipio los expulsó y ahora, otra vez "unidos", piden “justicia”.
El desalojo generó dos versiones que circulan entre los manteros. Una dice que fue por las constantes denuncias que hicieron los vecinos aledaños al parque ubicado en la calle Uriburu, donde funciona la feria. Y la otra, apunta directamente al Municipio. Según uno de los puesteros, Manuel, el propósito es otro: “porque quieren poner una feria y cobrar para llevarse mucha guita”.
Desde la Municipalidad la postura es distinta. Afirman que la mayoría de los trabajadores aceptaron trasladar sus puestos, pero “hay un grupo de ellos que se niegan”, según aclaró el subsecretario de Comercio de Quilmes, Juan Pago DiMao.
Además, reconoció que el motivo principal de su decisión sería por el malestar que expresaron los vecinos de la zona, conjetura desmentida por los propios feriantes, pero que cobró importancia en las autoridades comunales. Sobre todo por denuncias de malos olores, suciedad y que los feriantes utilizaban las vías ferroviaras como baños.
Manuel tiene 55 años y lleva siete vendiendo “muñecas y crochet” diseñados por su mujer. Él es uno de los tantos que se hacía un lugar al costado de la bici senda del parque, donde el paseo se abría todos los domingos de 9 a 17. Ahora, allí se ven todos los fines de semana policías rondando para controlar “que no vuelva la feria”, según fuentes municipales.
“En primera instancia nos prometieron un traslado al triángulo de Bernal, en el cruce de las tres avenidas con el acceso Sudeste. Pero cuando el día 21 de julio fuimos, no nos permitieron armar ahí”, expuso el hombre y agregó: “También nos quisieron llevar a la calle Bermejo, pero no se vende nada por esos lados”.
A raíz de esto, los vendedores ambulantes de Don Bosco presentaron un recurso de amparo el 14 del corriente al Tribunal de Trabajo Nº4 del distrito, “pero el lunes mismos fue rechazado. Es muy raro que funcione tan rápido –dice Manuel- por eso creemos que están presionados por un movimiento de plata muy grande”.
Pero la “guerra” manteros-municipio-vecinos, no termina así, porque “nos vamos a reunir para decidir cómo presentar la apelación al Tribunal, que si no le dan lugar, este domingo vamos a Don Bosco y que nos echen”.
Y mientras tanto, ¿de qué se vive?
Los buscas no se detienen. Mientras sus puestos les están vedados en Uriburu, "armamos en Ezpeleta y Villa Domínico" (donde funciona la venta ilegal de animales exóticos. Leer "Destiñen loros para venderlos más bataros"). Aunque reniegan que sus cuentas "no dan" para vivir, porque "por cada jornada, podemos recaudar entre 20 y 30 nomás".
Como si se hubiesen puesto de acuerdo, todos los puesteros consultados por 24CON acusaron ser “buena gente”, por eso y porque “somos toda gente del barrio que tenemos entre 50 y 65 años y no tenemos trabajo, queremos quedarnos”. Pero los vecinos que viven frente al parque no dan el brazo a torcer. “Son sucios, dejaron todo hecho un chiquero, con pañales defecados por todos lados y aparte, convirtieron al barrio en un lugar peligroso”, dijo Marisa, “la señora que vive enfrente”.