En medio de la polémica por la liberación de detenidos con la excusa de la propagación de coronavirus en los penales, el padre Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores, pidió el arresto domiciliario por temor a contagiarse.
Grassi está cumpliendo su condena desde hace 6 años en la cárcel de Campana y aún le quedan 11 años de prisión por delante. Sucede que a la condena por abusó sexual sumó otra a dos años por malversación de fondos de la fundación "Felices Los Niños" y se encamina hacia un tercer juicio oral por desviar donaciones que eran para la fundación hacia la cárcel, a cambio de beneficios.
No obstante, ahora, su defensa presentó un pedido de morigeración al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de Morón, según confirmó a Clarín el abogado Juan Pablo Gallego, querellante en la causa por abuso sexual? contra el sacerdote.