Con muñeca política, Wado logró que Schiaretti vuelva al PJ nacional y Córdoba fue a Ferro

El PJ Nacional define quien toma el bastón de mando: el actual presidente José Luis Gioja; el gobernador de Chaco Coqui Capitanich; y el elegido por la "liga" de intendentes del Conurbano, la joven promesa de Malvinas, Leo Nardini, pujan por el sillón. Pero desde Córdoba llegó una nueva carta y promete dar pelea.

Por Martín Cabrales

Hace un año apenas el peronismo todo (o casi, porque en la cabeza de Cristina Fernández de Kirchner ya se cocinaba la estrategia ganadora) no podía imaginar un escenario como el de hoy, en el poder con la legitimidad de casi el 50% de los votos en primera vuelta. 

Por eso el Congreso del PJ convocado este jueves en Ferro, de repente adquirió una relevancia especial. No sólo implicará abrir el debate sobre las autoridades (tanto Alberto como Cristina auspician una lista de unidad, de acuerdo a estos tiempos de coalición peronista), en las que hay anotados tres nombres para conducir el partido: el histórico actual presidente José Luis Gioja, el gobernador de Chaco, Coqui Capitanich, y el nominado por la "liga" de intendentes del Conurbano, la joven promesa de Malvinas, Leo Nardini. 

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El jefe comunal agigantó su figura en los últimos tiempos y los hechos lo respaldan: fue el intendente más votado de todo el conurbano en las ultimas elecciones, con casi un 70%. Es el vicepresidente cuarto del PJ, secretario de Juventud, y ahora pica en punta para pelear la presidencia. Aunque muchos hablan de que naturalmente aparecería como alternativa para suceder a Axel Kicillof en 2023, en caso de que el espacio del Frente de Todos así lo requiera.

El peronismo está demostrando una vez más su capacidad para contener en el mismo redil a la mayor cantidad de dirigentes posibles. La noticia del día vino de la "rebelde" Córdoba. En una hábil jugada, el ministro del Interior, Wado de Pedro, convenció al gobernador cordobés de deponer viejas rencillas y volver a poner al peronismo cordobés en el lugar que habían abandonado José Manuel de la Sota y el propio en el 2011, cuando el "cristianismo" fue por todo.  

El poder de Schiaretti dentro del PJ es muy grande. Más de ochenta congresales y por los menos tres líneas internas que conviven (el schiaretismo puro y duro, Caserío ultra albertista y la cristinista Estevez), volverán a la casa grande del PJ nacional, gracias a la muñeca política de Wado de Pedro. 



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