Qué la relación entre Sergio Berni y Sabina Frederic no comenzó con el pie derecho no es nada nuevo. El Ministro de Seguridad bonaerense y su par en Nación tuvieron varios cruces públicos y hasta generaron que sus jefes políticos trataran de calmar las aguas antes que explote aún más la bomba.
Berni, un hombre rígido en el más amplio sentido de la palabra y con el sostén de Cristina Fernández a cuestas, no tuvo buenos conceptos sobre la elegida por Alberto Fernández para manejar la Seguridad. Primero fue al choque por el uso de las pistolas Taser, que la funcionaria decidió dar de baja. Pero el hombre de Kicillof amplió su escalada de críticas y hasta se animó a disparar contra el mismo Presidente, al decir que su elegida no "representaba lo que pensaban todos los bonaerenses". Alberto salió rápido al cruce y lo paró en seco. "Sería bueno que (Berni) se ocupe de la provincia de Buenos Aires que tiene muchos problemas para resolver, básicamente", fueron las palabras y no ocultó su enojo por este daño colateral entre dos funcionarios del mismo palo.
En las últimas horas, la escalada volvió a dejar en evidencia el conflicto y mostró que está en carne viva. Berni envió una carta pública a Frederic para que retire todos los 6500 efectivos federales designados a tareas en la Provincia, algo que hizo entrar en cólera a la Ministra y volvió a desatar la ira de Alberto. La máxima autoridad del Ejecutivo no sólo dijo que eso no va a ocurrir, sino que llamó de urgencia a Axel Kicillof para reunirse en la Casa Rosada e intentar cortar por las buenas o las malas semejante guerra innecesaria. Ambos entienden que las posibles consecuencias políticas que esto puede traer, sobre todo puertas para afuera, no deberían ocurrir y menos que el fuego provenga de un amigo y no un enemigo.
REUNIÓN Y FOTO PÚBLICA
En medio de esta lucha en el día a día, el Presidente y el Gobernador se mostraron juntos. Tal como habían pactado ayer por teléfono, se reunieron pasadas las 10 en Balcarce 50. Primero llegó Kicillof y media hora después lo hizo Alberto. Ambos ratificaron a sus respectivos ministros y sus políticas y acordaron seguir conversando sobre sus diferencias en forma personal.