Pubs, restaurantes, cafeterías, hoteles y otros servicios relacionados con el turismo y el entretenimiento abrirán este sábado en Inglaterra y Gales por primera vez desde su cierre a mediados de marzo a causa de la pandemia, pero deberán funcionar bajo estrictas medidas de sanitarias y de seguridad.
Los restaurantes tienen permitido reabrir desde este sábado pero bajo una guía de 43 páginas que elaboró el Gobierno británico, que incluye una serie de recomendaciones para que las empresas adopten medidas de seguridad a modo de prevención de nuevos contagios de coronavirus.
Sin embargo, la reapertura de los sitios de esparcimiento se logró gracias a la reducción de las restricciones de las medidas de distanciamiento que achicaron de dos a un metro el espacio entre las personas, y habilitó a que cines, bares y restaurantes puedan reabrir.
Esa medida dejó afuera a muchos locales que no cuentan con los metros suficientes para garantizar la seguridad del personal y los clientes cuando todavía el país registra decenas de fallecimientos diarios.
Entre las medidas a adoptar, no estará permitido que los pubs y bares tengan la música a todo volumen así como tampoco que haya grupos de más de seis personas juntas y se deberá informar de manera clara a los clientes sobre los detalles de la seguridad.
Por su parte, los cines deberán escalonar los horarios de inicio y finalización de las películas, para evitar la congestión en los pasillos.
También habrá espacios de desinfección de manos y asientos o filas vacías dependiendo del tamaño del cine.
Por otro lado, se han planteado algunas preocupaciones sobre el momento de la reapertura relacionados a los niveles de consumo de alcohol esperados y los posibles efectos colaterales sobre el comportamiento y el distanciamiento social.
Las fuerzas policiales en Inglaterra desplegarán patrullas adicionales el sábado e instaron a los británicos a beber responsablemente.
En declaraciones a la BBC, John Apter, presidente nacional de la Federación de la Policía en Inglaterra y Gales, calificó a la reapertura como una "tormenta perfecta", ya que "no hay suficientes policías" para manejarlo.
"Estoy profundamente preocupado sobre qué problemas nos encontraremos ese día cuando la gente esté tratando de entrar a bares y restaurantes, a beber el alcohol", aseguró.
El jefe policial dijo que entendía que las empresas tienen que sobrevivir y la economía debe crecer y lo acepta, pero aseguró "que anunciar esta reducción del confinamiento un sábado ha creado casi una cuenta regresiva para el carnaval".
Por su parte, la oficial de policía más importante de Inglaterra, Cressida Dick, dijo que la Policía Metropolitana (Met) se había estado preparando "por algún tiempo" y que tenía "recursos adicionales en su lugar".
No obstante, instó a la gente a "estar tranquilo y ser responsables" cuando los pubs vuelvan a abrir.
La jefa de la Met, dijo que "no estaba prediciendo la violencia, pero que habría muchos" oficiales en las calles, si la gente se pone violenta.
La semana pasada al menos 22 agentes fueron atacados en el barrio londinense de Brixton, cuando intentaban clausurar fiestas clandestinas ilegales en Londres la semana pasada.
El número de muertos por coronavirus en el Reino Unido aumentó ayer a 43.906 después de que se registraron 176 muertes en las últimas 24 horas.
Según los datos publicados por el Public Health England (Salud Pública de Inglaterra) y la Universidad de Cambridge predicen que hasta 3.000 personas se siguen infectando todos los días.