China toma medidas severas para contener el coronavirus. Tras registrar 18 casos, el Gobierno cerró el condado de Anxin, en Hebei, donde residen 400.000 personas. En el reverso, el presidente Donald Trump sigue ninguneando el repunte del virus, pese a que se han registrado más de 120.000 positivos el último fin de semana, sobre todo en Texas, Florida y Arizona, tres de los estados que primero reabrieron siguiendo las consignas del presidente.
La prueba del desprecio de la enfermedad, para potenciar la recuperación económica, se halla en el rechazo de Trump al uso de la mascarilla. En contraste, el vicepresidente Mike Pence visitó Texas ayer y urgió a usar el cubre bocas y a mantener la distancia social.
La presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, requirió que se imponga el uso de la mascarilla a nivel federal. "El presidente debería ser un ejemplo. Los verdaderos hombres llevan la mascarilla, sé un ejemplo para el país", requirió Pelosi a un Trump que se niega a usarla.
Según un estudio de la Universidad de Washington, si el 95% de los estadounidenses llevan la mascarilla se evitarán 33.000 defunciones hasta octubre. "La ventana para atacar la Covid-19 se está cerrando", avisó Alex Azar, secretario del Departamento de Sanidad, quien se felicitó de que el vicepresidente se pusiera esa prenda.