Xi Jinping anunció en las últimas horas que las vacunas desarrolladas en China contra el coronavirus estarán disponibles para el resto del mundo como un "bien público" en caso de tener éxito contra la enfermedad. El presidente, uno de los primeros oradores de la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró que Beijing ha colaborado plenamente con la entidad, en respuesta a las críticas por su manejo del brote y los intentos de acallar las primeras denuncias sobre el virus. Según sostuvo, China fue "siempre" transparente sobre la evolución de la crisis sanitaria y se mostró dispuesto a una "evaluación completa", pero reiteró que sería una vez que la pandemia esté controlada.
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Xi pidió a los líderes del mundo a aumentar el apoyo político y financiero a la OMS y un mayor compromiso, en alusión a los anuncios del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre la suspensión de fondos que Washington aporta.
"Tarde o temprano la humanidad vencerá al coronavirus", alentó Xi, pero advirtió que es probable que no sea la última emergencia de salud, por lo que remarcó la importancia de reforzar la gobernanza global en el ámbito de la salud pública. "La solidaridad y cooperación son las armas más poderosas para vencer al virus", insistió.
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El mandatario también prometió una asistencia valuada en 2.000 millones de dólares para los países más afectados en los próximos dos años, en especial a aquellos en vías de desarrollo, y dijo que China instalará un depósito y hub de respuesta global, para garantizar la cadena de abastecimiento de los insumos de primera necesidad, con "corredores verdes" para facilitar su distribución. Además, dijo que trabajará con los países del G-20 para implementar una iniciativa de suspensión de deudas a los países más pobres.