La oleada de despidos que envolvió la economía de Estados Unidos desde el brote del nuevo coronavirus obligó a 5,2 millones de personas más a ir en busca de ayuda federal por desempleo la semana pasada. Así lo informó el gobierno estadounidense el jueves pasado. Con la nueva cifra, cerca de 22 millones de personas solicitaron la prestación por desempleo en el último mes. Se trata de la peor racha de pérdida de trabajo en Estados Unidos de la que se tenga registro.
En total, aproximadamente 12 millones de personas reciben actualmente cheques por desempleo, casi igualando el punto máximo alcanzado en enero de 2010, poco después de que terminara de manera oficial el periodo de la Gran Recesión. Todos los negocios considerados no esenciales fueron cerrados casi en todos los Estados, al tiempo que la economía prácticamente se vino abajo.
Algunos economistas pronostican que el desempleo podría incluso alcanzar el 20% en abril, lo que representaría la mayor tasa desde la Gran Depresión de la década de 1930. En comparación, el desempleo a nivel nacional nunca rebasó el 10% durante la Gran Recesión de 2008.
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Muchas de las personas sin trabajo, cuyas solicitudes para ayuda por desempleo no fueron aceptadas, son probablemente empleados autónomos o de trabajo esporádico. El paquete de asistencia económica de u$s 2,2 billones ofrece ayuda por desempleo a esos grupos por primera vez. Pero la mayoría de los Estados ha instalado nuevos sistemas en las computadoras para procesar ese tipo de solicitudes, un proceso que en algunos casos podría tomar semanas.
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El paquete de rescate económico también estableció un programa de préstamos de u$s 350.000 millones para pequeños negocios, bajo el cual los préstamos quedarán saldados si las compañías retienen o recontratan a sus trabajadores. Pero Michelle Meyer, economista para Estados Unidos en Bank of America, dijo que hasta ahora hay poca evidencia de que el programa haya podido frenar la pérdida de empleos.