El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción, fue condenado este miércoles a 12 años y 11 meses de cárcel en otro caso por delitos de corrupción y lavado de dinero en el marco de la investigación del Lava Jato, informó el diario Folha de Sao Paulo.
En la nueva causa, la jueza federal Gabriela Hardt consideró que Lula se benefició de las obras por cerca de un millón de reales (unos 271.000 dólares) que tres empresas -Odebrecht, OAS y Schain- hicieron en una casa de campo en Atibaia, municipio en el interior del estado de San Pablo.
La casa está a nombre del empresario Fernando Bittar, un viejo amigo de la familia de Lula, que la cedió temporalmente al expresidente en 2010 para que pudiera disfrutarla con su familia.
No obstante, según la Justicia, pese a no ser el propietario de la casa de campo, Lula se benefició ilegalmente de las reformas en la misma por parte de empresas que fueron favorecidas en su Gobierno con contratos amañados con la petrolera estatal Petrobras.
Además de Lula, la jueza Hardt condenó a algunos empresarios, entre ellos al expresidente de OAS José Adelmario Pinheiro Neto (1 año y 7 meses de prisión); a Emilio Odebrecht, patriarca del grupo Odebrecht (3 años y 3 meses de cárcel), y a su hijo Marcelo Odebrecht (5 años y 4 meses de detención).
Lula ya cumple condena desde el pasado abril de 2018 por otro caso de corrupción, después de que la Justicia diera por comprobado que recibió un departamento en una playa de San Pablo a cambio de sobornos, por orden del entonces magistrado Sergio Moro.
Moro comandó en primera instancia la operación que destapó operaciones en Petrobras, si bien dejó el cargo a finales de 2018 para poder asumir en enero el Ministerio de Justicia en el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
El juez fue sustituido entonces por Hardt, quien interrogó a Lula el pasado noviembre sobre el caso por el que fue condenado este miércoles.