A los ocho años es cuando comienzan las primeras preguntas incómodas acerca de personajes mágicos como los Reyes Magos o Papá Noel. Con la voluntad de mantener la fantasía, no son pocos los niños que "hacen como que" creen en estas figuras, incluso cuando ya saben que no existen, según revela un estudio de la Universidad de Exeter.
La Navidad es una época del año especial para chicos y grandes. Una catarsis colectiva en la que se transmite ilusión, felicidad, buena onda... y regalos, intentando olvidar las penas del año. Por eso no es de extrañar que muchos adultos deseen que sus niños sigan fascinados por el encanto y la seducción de los personajes navideños.
Según el estudio liderado por el profesor de psicología Chris Boyle, muchas personas se sintieron traicionadas cuando descubrieron la verdad. Los datos recabados también muestran que la amenaza de poner a los niños más traviesos en la lista negra de Papá Noel o los Reyes Magos no funciona para la mayoría. Otro dato interesante del análisis es que los "errores de los padres torpes son también una de las principales razones por las que los niños pierden su fe" en la magia navideña.
Boyle pidió a personas de todo el mundo que le dijeran cómo cambiaron de opinión acerca de Papá Noel y si, cuando se enteraron de que no es como parece, eso afectó su confianza y relación con sus padres. Recibió 1.200 respuestas de todo el mundo, principalmente de adultos que reflexionan sobre los recuerdos de su infancia.
Los resultados provisionales -el estudio aún está en curso y no habrá conclusiones definitivas hasta 2019- muestran que el 34 por ciento de las personas encuestadas desearía creer todavía en Papá Noel, aunque otro 50 por ciento estaba bastante contento de saber ya la verdad. La edad promedio en la que estas personas dejaron de creer fue a los 8 años.
La magia de Papá Noel se mantiene hasta los ocho años
Un 47% de los que participaron en la encuesta consideraron que creer en las figuras navideñas no mejoró su comportamiento, aunque alrededor del 34 por ciento afirmaron que sí se portaban mejor esperando obtener regalos. Además, hasta el 65 por ciento de las participantes reconocieron haber ?jugado' con el mito, aunque ya sabían que no era cierto.
"Fue fascinante escuchar por qué empezaron a creer que Papá Noel es ficticio. La causa principal son las acciones accidentales o deliberadas de los padres, pero algunos niños comenzaron a reconstruir la verdad a medida que crecían", señala Chris Boyle.
Uno de los participante describió cómo, con diez años, había sorprendido a sus padres bebiendo y comiendo lo que dejaron para Papá Noel y sus renos. Otro de 11 años se despertó en medio de la noche por el ruido que hacía su padre, medio borracho, colocando los regalos debajo del árbol de Navidad.
Muchos padres cometen errores básicos que sus hijos pequeños detectan de inmediato. Una encuestada reconoció que, cuando tenía siete años, descubrió un regalo para su hermana escondido en la habitación de sus padres semanas antes de que llegaran las fiestas navideñas.
Pero no son solo los padres los que, sin darse cuenta, arruinaron la ilusión. Una de las participantes reconoció a la profesora de su escuela haciendo de Papá Noel durante una representación cuando tenía siete años. Otra maestra les dijo a sus alumnos, también de siete años, que nadie vivía en el Polo Norte.
Fuente: La Vanguardia