Cambian paradas del bondi y los vuelven locos
Muchos de los usuarios del transporte urbano de pasajeros se vieron desconcertados.
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Avenida 7 entre 56 y 57, 10 de la mañana. Martín se acomoda la boina y, sin pensarlo, estira el brazo derecho perpendicular a su cuerpo en un movimiento mecánico que dirige al vehículo largo que se le aproxima llevando un cartel con el número 202 en su trompa. Todo bajo lo esperado en la mañana del lunes, salvo porque el conductor del colectivo no acusa recibo de la señal mecánica de Martín y rompe con la causalidad premeditada. Lo ignora. No frena. Martín se extraña, se reacomoda tragándose las puteadas e improvisa con toda su intención una señal por fuera de lo mecánico para persuadir al chofer de que pare y le permita subir, pero ya es tarde: el colectivo sigue de largo. Y frena justo una cuadra después.
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