Síndrome del bebé azul acecha a 500 vecinos
El agua contaminada causa enfermedades en los chicos, y denuncian que como solución les dieron un "parche".
Un estudio llevado adelante por la Universidad de La Plata, en diciembre de 2009, determinó que el agua en el barrio La Aceitera de Arana, en el que viven alrededor de 500 personas, no era potable.
Después de conocidos los resultados, la Municipalidad de La Plata construyó un pozo de abastecimiento de agua potable con tendido de caños y canillas comunitarias. Pero el agua que sale de las canillas de las casas, comedores y las escuelas sigue siendo turbia.
A más de 6 meses de ese estudio, la pregunta de los vecinos es si pueden seguir confiando en la claridad del agua. Leda Giannuzzi, directora del Taller de Aguas de la UNLP explicó que “la situación en el barrio está igual y que el agua sigue contaminada”.
En ese sentido, Giannuzzi explicó que la instalación de los tanques comunitarios “mejoró algunas cosas”. “Pero el problema persiste, es un paliativo, un parche. La solución sería cortar el problema de raíz, que sería realizar la conexión a la red de agua potable”, precisó.
Dijo también que si bien el agua de tanques es potable, puede contaminarse en el trayecto que hace la persona desde el tanque a su casa”.
Años de tomar agua envenenada dejó secuelas que todavía se sienten en el cuerpo. La investigación de la UNLP también determinó que el barrio sufría diarreas y gastroenteritis producto de la contaminación microbiana. Pero el problema más grave estaba en los bebés lactantes. En ellos comenzó a diagnosticarse la metahemoglobinemia, es decir el síndrome del bebé o niño azul.
La presencia de nitratos y nitritos en la sangre produce una falta de oxígeno en los tejidos debido a que la hemoglobina no puede transportarlo. La consecuencia es una metahemoglobinemia, que genera una asfixia, denominada anoxia, que se evidencia cuando los bebés están azules.
“Ahora con el agua que los vecinos acarrean a sus casas, el síndrome de Bebé azul está comenzando a bajar”, indicó la experta. Cabe recordar que el problema salió a la luz cuando un grupo de vecinos, preocupados por la calidad del agua, convocó a la UNLP para que analice el agua que estaban tomando.
19 de junio de 2010
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