Contratan a colectiveros "villeros" para evitar robos
El recorrido de la línea es conocido como "Villa Tour". "A veces hasta se roban entre ladrones", dicen. El extraño pero eficaz método.
La línea de colectivos 158 va desde Pompeya hasta Lanús. En su recorrido pasa por Villa Jardín, Villa Ilaza, Villa Quinto Camino y, ya en Capital Federal, Villa Zabaleta. Los propios choferes lo denominan "Villa Tour" y lo definen como "alto riesgo". Es por eso que la empresa tomó una curiosa, pero valedera medida: contrata conductores con orígenes en los mismos asentamientos por donde pasan, para evitar así los robos.
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Gastón, uno de los choferes, fue quien relató a diario Popular una situación que vivió hace poco: un joven se subió al colectivo y le mostró el arma que llevaba en la cintura, para advertirle que se trataba de un robo. Sin amedrentarse, el colectivero le respondió: "Escuchame gil, a mí de pibito no me daban un chupete, me hacían dormir mostrándome un arma como esa, así que rajá porque te rompo todos los huesos".
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Germán Bosch, uno de los delegados gremiales de la línea, contó que "se viene trabajando mucho para bajar los niveles de violencia e inseguridad que padecemos los choferes de esta línea, que son permanentes y cada vez más salvajes, y da mucho resultado cuando el chofer vive en los mismos lugares que los delincuentes, los drogadictos y grupos violentos, porque entiende los códigos, sabe manejarlos y anticiparse".
Los problemas que tienen los conductores de la línea 158 son muchos, y complejos. "Acá hay una realidad social difícil, con muchos chicos que consumen paco, que salen a robar para ir a comprar este veneno. Y usan esta línea para ir a buscar el paco a la Villa Zavaleta o para volver a sus casas, en estado deplorable. Lo que vemos todos los días es tremendo. Y es mucho peor cuando están violentos, sacados, porque no les importa nada", dijo Bosch.
Otro de los delegados, Juan Duarte, explicó que "el ramal W es donde tenemos los mayores problemas, en ocasiones es como estar en la película Avatar, porque le tiran piedras a los internos, suben en banda y roban a todos o se agarran a piñas arriba del colectivo", precisando que "hubo casos en que se robaron entre los propios ladrones".
Gastón nació y se crió en la Villa Jardín, y desde hace un tiempo es chofer de la 158. "Creo que venir de ahí me da una buena perspectiva. De alguna manera trato de entablar una especie de amistad con ellos. Me refiero a los adictos al paco o los que salen a robar. Saben que conmigo no está bueno pasar la raya. Porque me rompo el alma para trabajar, por mi familia, y ellos me pueden arruinar todo eso. A veces suben en muy mal estado, y es más difícil, porque no reconocen a nadie. Y tengo que ser más enérgico. En general, respetan y se bajan, o se rescatan", señaló el joven.
El delegado Bosch expresó, asimismo, que "se trabaja mucho, con otras líneas y la policía, para generar mejores medidas preventivas, en reuniones donde proponemos ideas, pero lamentablemente en ocasiones todo se desborda, y no hay forma de contener el delito o los episodios violentos, pero seguimos esforzándonos para mejorar las condiciones de trabajo".
29 de septiembre de 2013