Cómo es la cárcel donde Grassi pasará los próximos 15 años

Los presos cortan el pasto, hacen pan y hasta se "se cruzan al kiosco". Denuncias de fugas, de favores y de ayuda en las celdas del oeste del Conurbano.

Por Redacción 24CON

 

El barrio Las Naciones era uno de los rincones más tranquilos y menos transitados del partido de Ituzaingó. Con calles de tierra y apenas unas pocas líneas de colectivos de la empresa 216 que lo unían con la estación, pocos coches y transeúntes recorrían el barrio. Empero, en 2004 el barrio se revolucionó.

En agosto de ese año, la edificación circular a modo “panóptico”, de la cárcel quedó inaugurada y comenzó a recibir los primeros detenidos. Allí está alojado el cura pedófilo Julio Cesar Grassi, quién deberá purgar casi 15 años de cárcel. Hasta ayer, sólo había estado tras las rejas 29 días. Le restan mucho más aún.

 

Julio Grassi quedará preso en la cárcel de Ituzaingó – ACÁ -


La cárcel, el penal 39 del servicio penitenciario bonaerense, es una prisión de baja seguridad. Tiene poco más de 650 presos, según el censo de este año, pero más de 400 aún no tienen condena, por lo que se les permite hacer actividades complementarias como panadería, carpintería, herrería, etc.

Al contar con pabellones de poca seguridad, en varias ocasiones los vecinos denunciaron ver detenidos paseando por la vereda de la cárcel. La explicación fue que algunos internos eran encargados del mantenimiento por lo que, bajo custodia, salían del perímetro de la cárcel a cortar el pasto.

El barrio Las Naciones es un punto de escape del partido. Linda con el barrio San Alberto, más conocido en la zona y con un prontuario importante en casos policiales. También es vecino de San Antonio de Padua. Lateral a la cárcel corre la calle Acevedo, límite entre el partido de Merlo e Ituzaingó, lo que genera distintas jurisdicciones policiales y municipales. Allí, en frente de la cárcel, se encuentra el barrio policial de Merlo, un corto recorrido de edificios monoblock y calles en curvas, propicias para perderse o esconderse.


Durante el tornado de Semana Santa del año pasado, el barrio fue uno de los más afectados de la zona. Con casas derrumbadas y árboles volando, el penal asistió a los vecinos brindando agua y pan cocinado por los mismos reclusos. En aquel momento se rumoreó sobre una fuga masiva, pero era sólo un comentario. Los vecinos estaban tranquilos, cuando se fuga un preso lo corren por todo el barrio. En aquella jornada, los mismos penitenciarios con algunos reclusos fueron los primeros en brindar ayuda.

 

El temporal le destruyó la casa y los vecinos se la reconstruyeron – ACÁ-


Vecinos del barrio San Alberto denunciaron que dentro de este programa extra muros, muchos de los reclusos aprovechaban para “cruzarse” a algún kiosco donde comprar cervezas y hasta jugar al fútbol con los jóvenes del lugar. Estos mismos vecinos fueron los primeros en asustarse cuando se informó que un violador serial, condenado a 40 años de cárcel, se había fugado de los muros de Ituzaingó.

 

Presos "escabian" y juegan al fútbol afuera de la cárcel – ACÁ-


Walter Alberto Brawton fue encontrado culpable por abuso y violaciones, sin embargo contaba con un beneficio especial. Una vez al mes podía salir, siempre custodiado, para visitar a su madre enferma. En la salida de agosto, su madre le dio empanadas con somníferos a sus custodios y Brawton se fugó, aun no lo encuentran.

 

El violador serial prófugo habría usado somníferos – ACÁ-


 

En esta misma cárcel se encuentra Armando Olson, condenado por enterrar vivo a Francisco Ocampo y por apuñalar a Clemente Mamani. A los dos hombres, los mató, con meses de diferencia, para quedarse con sus casas. Los vecinos de Mamani fueron quienes realizaron al investigación hasta lograr dar con su cuerpo, semienterrado junto con el de Ocampo. Olson, intentó escaparse en enero de este año junto con otros cinco reclusos. El plan llevaba varios meses pero no lo lograron concretar.

 

Quiso fugarse el asesino del albañil Clemente Mamani – ACÁ-


El lunes, el Tribunal Oral nº 1 de Morón eligió al penal 39 para alojar a quien será su mayor tristemente celebre reo, Julio Cesar Grassi cumplirá condena en sus pabellones. Tras cuatro años de espera, ya con condena y en libertad, el cura fue preso. Empero, la decisión del tribunal contó con un guiño benévolo para con el abusador. Lo enviaron al penal de Ituzaingó ya que está dentro de la jurisdicción de la Diócesis de Morón a la que Grassi pertenece.

 

El servicio Penitenciario Bonaerense, por su parte, aconsejó trasladarlo al penal de máxima seguridad de Campana ya que es un lugar más acorde para una persona condenada por tres delitos de “abuso sexual y corrupción de menores”. El destino de Grassi lo llevó hoy a Ituzaingó, pero aún no se sabe donde completará su condena.

 

 

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24 de septiembre de 2013

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