Suspenden a una "fiscal gótica" de Ituzaingó por acosar a su ex novio

En el mundo "oscuro" se la conoce como Lady Bathory. También sería responsable de romperle el auto. Estaría vinculada a Raúl Otacehé.

Por Federico Trofelli para Tiempo Argentino

Pablo Dello Valle, de 37, y Graciela Biasotti, de 45, tocaban juntos –él, la guitarra, y ella, los teclados– en Carnarium, una banda de la escena local del Black Gothic Metal. Ambos habían comenzado una relación sentimental y como la mujer, formada musicalmente en el Conservatorio de Morón, había demostrado sus cualidades en el piano, se sumó al proyecto musical de Pablo en 2003. Él alternaba sus tiempos con el trabajo en la siderúrgica de su padre.


Biasotti, entonces instructora judicial y hoy fiscal de Ituzaingó, habría pensado que podía combinar su faceta artística con el Derecho, pero la música y la justicia le jugaron una mala pasada: está acusada de dañar el auto de su entonces pareja, con quien estaba en proceso de separación, y la Comisión Bicameral bonaerense encargada de investigar a los funcionarios judiciales decidió suspenderla, embargar el 40% de sus haberes y hasta podría destituirla de su cargo.


Como el amor un día llegó, también se fue. Las discusiones en la pareja eran cada vez más frecuentes y elevadas de tono. En algunas ocasiones, la cólera se apoderaba de la situación y los momentos eran extremos. Según consta en la denuncia de Dello Valle, a principios de noviembre de 2006 rompió la relación con Graciela y ella decidió alejarse de la banda. A los pocos días, él se vinculó amorosamente con Lorena Andrea Mercedes Tello, vocalista de Carnarium, con quien hoy continúa conviviendo. “Sí, quizá todo pasó muy rápido”, confesó el hombre a Tiempo Argentino, y agregó: “Lo que vino después fue una pesadilla pero tenía todo en el olvido, no sabía que la habían suspendido.”


El 12 de noviembre, Graciela fue al lugar donde vivía Lorena, en Gomes Fretes al 1200, en Merlo y desató su furia. Ese día Pablo estaba allí: su coche Volkswagen Gol gris estacionado en la puerta no dejaba dudas. Algo perturbada, la tecladista de Carnarium pateó y golpeó las puertas y ventanas de la vivienda, situada en el fondo del terreno. Desde el interior nadie respondió. Resignada, entre gritos, insultos y amenazas, le habría aplicado varias patadas al vehículo. El guitarrista no denunció el hecho en ese momento “por miedo”, sino meses después, cansado por el acoso pertinaz.
Luego, hubo un intercambio de cartas documento entre ambos por el registro de la banda y en febrero del año siguiente, en sede judicial de Vicente López, acordaron que ella debía restituirle la propiedad intelectual del grupo mientras obtenía los derechos de cinco temas que habían sido compuestos por ambos.
Esa no fue la última intervención de la justicia. A principios de abril de 2007, la casa de Lorena fue allanada por la policía. Pablo indicó que ese día no estaban en el lugar y cuando llegaron se encontraron con “las puertas violentadas, todo revuelto y algunos faltantes”. Rápidamente, fueron a la comisaría de Merlo pero los oficiales no quisieron dejar asentada la denuncia de la pareja y les explicaron que todo había respondido a un procedimiento del departamento judicial de Morón.


Los músicos luego supieron que la intervención se activó a partir de una demanda de Javier Mercado, quien había ingresado a Carnarium como vocalista luego de que Biasotti abandonara el grupo. El hombre había sido pareja de Lorena y al parecer no había superado la separación, por lo que reclamaba algunos regalos que le había hecho. Según surge de la denuncia de Pablo, la expeditiva medida de ese expediente surge a partir de la fluida relación de Biasotti y Miriam Castro, quien instruyó esa investigación y además habría sido imparcial con los testigos aportados por Lorena.


Algunos meses después, Lady Bathory, como es conocida Graciela en el mundo gótico (ver recuadro aparte), rehizo su historia musical con “Lemuria”. Pero la mujer aún tenía algo pendiente con su ex: recuperar la contraseña de la casilla de correo <graciela_carnarium@hotmail.com>. El 24 de octubre de ese año, se realizaron sendos allanamientos en Cajaraville al 330, en Carapachay, Vicente López, donde convivían Pablo y Lorena, y en la casa de los padres de él, en Cerrito al 3800 de Villa Adelina. En total se secuestraron tres computadoras y según confirmaron desde la Fiscalía General de Morón, ese expediente judicial al poco tiempo quedó archivado.


Cansado del acoso, Pablo decidió denunciar a Biasotti: “Pasaron muchas cosas que no deberían haber pasado, que se metan conmigo no tengo problemas, pero en el medio está mi mujer y mis padres. No estamos acostumbrados a allanamientos, ni siquiera tuve una amonestación en el secundario”, dijo el hombre, quien luego de atar algunos cabos sueltos, dejó asentado en un escrito ante la fiscalía que la mujer abusaba de su condición de instructora judicial y entre los diferentes hechos, detalló el capítulo de la agresión a su coche. Es así que la denuncia por daños prosperó y es la que hoy pone contra las cuerdas a la fiscal de Ituzaingó.


El diario Tiempo Argentino confirmó a través de diferentes fuentes judiciales que Biasotti mantiene vínculos muy fuertes con la familia de Raúl Othacehé, eterno intendente justicialista del partido de Merlo. Incluso, sus asesores son Néstor Scarabell y Carlos Moreno, integrantes del buffet de abogados de esa municipalidad y quienes representan las avanzadas judiciales del jefe comunal contra los opositores a su gobierno.


Moreno explicó a Tiempo que la defensa de Biasotti la lleva Scarabell, quien pidió la prescripción de la causa. La justicia en primera instancia concedió ese recurso pero después, la Cámara Penal de Apelaciones de Morón, dio marcha atrás con el planteo y determinó que los delitos cometidos por un funcionario público no prescriben.


Consultado por el caso, el fiscal General de Morón Federico Nieva Woodgate, se excusó de ampliar el debate: “Ella fue suspendida para que pueda prestar declaración indagatoria en la investigación abierta en esta fiscalía. Más allá de cómo se resuelva el caso, puede haber una sanción administrativa que la tendré que resolver yo, por lo que no voy a adelantar opinión alguna que podría contaminar mi futura decisión”. En tanto, Moreno dijo que “la única diferencia que hay entre Biasotti y sus colegas son sus gustos musicales. Su actuación como fiscal es excelente. Me parece que la vieron sola y frágil.” 


24 de abril de 2011

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