En el encuentro de ida por los cuartos de final de la UEFA Champions League, Barcelona igualó en dos con Arsenal, en tierras inglesas. Los Catalanes ganaban 2-0 pero Cesc Fabregas, jugador surgido en la cantera blaugrana, empató las acciones.
Para el cotejo decisivo, Barcelona sólo tenía que empatar en condición de local para quedarse con la llave. Tal vez por eso el Barsa salió a la cancha un tanto tibio. Bendtner se aprovechó de esto y, a los 18 minutos, puso arriba a los Gunners y dejó al Camp Nou en silencio.
Sin embargo, esa tétrica incertidumbre se transformó en una eufórica algarabía cuando el mejor jugador del planeta tomó las riendas de la situación. Lionel Messi, figura y goleador, convirtió tres goles en veinte minutos y puso al Barsa en semifinales, donde lo espera el Inter de Milito, Samuel, Cambiasso, Zanetti y compañía.
En primera instancia, la Pulga metió un zurdazo imparable que se metió en el ángulo. Luego definió de derecha, su pierna menos hábil, para dar vuelta la historia. Antes del cierre del primer tiempo, marcó también el gol de la tranquilidad con una exquisita vaselina por encima del cuerpo de Almunia.
Finalmente, Lío le puso al derby la frutilla del postre. El cuarto gol incluyó amagos, enganche y definición por debajo de las piernas del Uno para cerrar el 4-1 con el cual el equipo Culé despachó a Arsenal.
Con este resultado Barcelona se mete en las semifinales y se encamina como principal candidato para obtener el título de clubes más importante del mundo. Ojalá que pueda hacer algo parecido durante el certamen de selecciones más relevante, a jugarse en Sudáfrica.
Gol de Bendtner y el primero de Messi
La Pulga puso el 2-1 de derecha
La vaselina de Lío para el 3-1
Messi y la frutilla del postre