Si bien pasó la última década, la de su mayor protagonismo en la tribuna del Monumental, inmerso en batallas campales, traiciones a otros líderes de la barra y al borde de la ley, Sergio Martín Stambulli se ganaba el sueldo como empleado en el Registro de las Personas.
El Turco del Oeste nunca llegó a ser uno de los capos de la hinchada. Sin embargo sí respetado por sus pares ya que congregaba una buena porción de personas, su mayoría de Ciudadela, localidad donde vivía. Allí comandaba la barra de Fuerte Apache, y hasta tenía vínculos con la de Merlo y Moreno.
Respondió siempre a sus jefes: Adrián Rousseau y los hermanos Alan y William Schenkler por el otro. Estos últimos están condenados a prisión perpetua pendiente de confirmación por el asesinato de Gonzalo Acro, también tribunero del millonario.
Fue justamente después del crimen, en 2007, que el mismo Rousseau se encargó de echarlo del grupo. Así y todo, fue aliado para contribuir con su tropa con otros capos importantes como Barraza, Frankie Martínez, y Richard Gerino.
Hasta el momento no hay una hipótesis firme sobre su muerte. Sin embargo los investigadores apuntan a un posible ajuste de cuentas, aunque otra versión asegura que el Turco había retirado una suma importante de dinero.
20 de enero de 2012