Lanús se consagró campeón de la Copa Sudamericana

De la mano de los Barros Schelotto, el Granate venció a Ponte Preta y logró el tercer título de su historia.

 

Un grito, dos. Miles de gritos como un coro interminable. Un estruendo que sacudió el cemento. Ojos vidriosos, abrazos interminables. La fiesta de color Granate. Lanús gritó campeón y se transformó en el dueño del Sur. De Sudamérica. Guillermo Barros Schelotto, el creador de un conjunto que siempre mira el arco de enfrente, se bañó de gloria en su segunda temporada como director técnico. En la revancha de la final de la Copa, su equipo venció sin mayores inconvenientes a un pobre Ponte Preta para lograr el tercer título de la historia del club.

 

Lanús forjó la idea de ser campeón con paciencia y sabiduría. Con la premisa inquebrantable de atacar, se acostumbró a jugar con tres delanteros tanto de visitante como de local. Superó a históricos, como Racing, River y Libertad; y apenas perdió un partido contra Universidad de Chile. Los Mellizos encontraron una columna vertebral con futbolistas de experiencia y los rodeó de futbolistas cuyo nivel se potenció. Paolo Goltz, Leandro Somoza y Santiago Silva fueron los puntales para jugadores como Carlos Izquierdoz, Diego González o el propio Junior Benítez, un juvenil que ayer jugó la final como un guerrero de mil batallas.

En la primera parte el Granate construyó su victoria. El local fue el amplio dominador del juego y encontró la ventaja a los 24 minutos de juego. Tras una gran jugada colectiva, Víctor Ayala la empujó abajo del arco. Cuando el primer tiempo finalizaba, Ismael Blanco capturó un rebote tras un tiro de esquina y comenzó a sentenciar la final.


En el complemento, el público que llenó el estadio se dedicó a festejar. Todavía no se habían cumplido 20 minutos cuando desde las tribunas se entonaron las primeras canciones con la palabra “campeón”. Hubo ovaciones para los Barros Schelotto y delirio por algunas jugadas a puro toque. Adentro del campo, Lanús pudo ampliar la ventaja. Lo tuvo Blanco y también Benítez, que enamoró con gambetas indescifrables.

El pitazo final llegó con el estadio en punto de ebullición. Las remeras agitadas al aire, los fuegos artificiales y la euforia se mezclaron para brindar un espectáculo memorable. Lanús ganó la Copa Sudamericana, el tercer título de su historia luego de la Conmebol 96 y el Apertura 2007. El domingo, jugará con Newell’s con la ilusión de dar el golpe y quedarse también con el Inicial.

 

11 de diciembre de 2013

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