"La Bestia" Falbo cuenta cómo vivió su secuestro

"Quiero que todo se termine ya", dijo el delantero del Canalla en una charla con 24CON.

Por Redacción 24CON
Fueron las tres horas más largas de su vida. El viernes pasado, a las 22.30, el delantero de Central Ballester Gonzalo Falbo volvía de visitar a un amigo y en la intersección de Aristóbulo del Valle y Av. Márquez en José León Suárez dos personas lo obligaron a subir a un auto y lo privaron de su libertad durante casi tres horas, hasta que su hermano realizó el pago por su rescate.

"Donde me levantaron era un lugar oscuro y no había nadie", relató consternado a 24CON Gonzalo alias "la Bestia", quien agregó: "Me pidieron tres números de teléfonos de familiares o amigos para llamarlos y pedirles un rescate. Al principio pedían 30 mil pesos y como no podían juntar esa suma, me amenazaban: 'Que poco te valoran', me decían. Lo único que les pedía era que me dejen libre", continuó con su estremecedor relato Gonzalo.

Finalmente, la negociación la llevó adelante su hermano, a quien los secuestradores lo seguían, mientras lo guiaban hacia dónde debía dirigirse a dejar el dinero: unos cuatro mil pesos. La entrega se llevó a cabo en la Ruta 8 al 5.500, en una ermita del Gauchito Gil.

A él lo liberaron en el fondo del Barrio Libertador. "La imagen que me acuerdo es que sólo habían unos caballos", dijo el delantero, que el último sábado estuvo en el banco de los suplentes en el empate contra Claypole.

"Fue un mal momento que no deseo que le pase a nadie. Ahora sólo quiero seguir entrenando como hasta ahora y esperar que Beto (Romano) me de una oportunidad. Estoy con muchas ganas", finalizó Falbo, que confesó que se siente perseguido: “Ahora miro para todos lados. Trato de no salir solo a la calle. Es horrible”.

Gonzalo es uno de los pocos jugadores que quedó de de la temporada pasada. Automáticamente se convirtió en un referente del equipo y pasó a ser uno de los más motivadores desde todo punto de vista. Además, su estado de ánimo repercute en la mayoría de sus compañeros, por eso su deseo es jugar el próximo fin de semana ante Victoriano Arenas y gritar un gol para sacarse toda la bronca de encima.

Falbo comenzó su sueño de futbolista en las inferiores de Almagro (antes había tenido un paso fugaz por Platense y Argentinos). “A los 19 llegó un técnico que no me tenía en cuenta y decidí irme. No tenía representante, mi viejo había fallecido y no tenía a nadie que me diera un consejo. Decidí dejar el fútbol por dos años. Fue el peor error que pude cometer”, cuenta el delantero y agrega: “Después se dio la posibilidad de jugar en Central Ballester. Yo extrañaba mucho el vestuario, todo lo que tiene que ver con el fútbol. Es una pasión: cuando jugaba en Almagro, de pibe, me iba en colectivo hasta Ezeiza todas las mañanas. A las seis salía de casa”.


Tuvo que cambiar sus hábitos laborales para poder despuntar el vicio con la pelota. Se entrenaba todos los días y marcó 9 goles en 18 partidos. Ahora, con los incidentes que le tocó vivir, busca concentrarse en jugar y poder escalar categorías para vivir de lo que le apasiona. “Solferino estaba en Argentino de Quilmes, en la D, jugó una temporada tremenda salió goleador de AFA, hizo más goles que Sand incluso, y hoy está jugando en Talleres. Así que uno sueña con tener esa posibilidad”, dice Falbo.

Entre sueños y pesadillas, el delantero de Ballester sigue con la firme convicción de poder triunfar en el fútbol, para poder vivir de eso. De lo que apasiona.
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