Alberto dejó en offside a Macri en una entrevista con el Financial Times
"No vinimos a pelear con los acreedores. Vinimos a resolver un problema que no creamos", le dijo Fernández al periódico británico. "No quiero estafar a nadie", sostuvo acerca de la deuda externa.
El presidente Alberto Fernández brindó una entrevista al diario británico Financial Times, en la cual se refirió principalmente al tema económico: pago de la deuda a los bonistas y a la crisis económica durante la pandemia de coronavirus.
"Francamente, no creo en los planes económicos. Creo en metas que podemos establecer nosotros mismos para que la economía pueda funcionar para alcanzarlas", sostuvo.
La nota fue titulada bajo la sentencia: "No podemos hacer más", en referencia a la oferta por la deuda. Agregó que una cifra mayor "podría poner en riesgo la capacidad de pago". "No quiero estafar a nadie", sostuvo.
El medio lo definió como "un pragmático de izquierda". Después de esa ridícula lectura, señaló -citando a Fernández- que quiere "ser capaz de mirarlos a los ojos, más adelante, y no ser acusado de haber mentido. Esto es lo que podemos hacer, no podemos hacer más. Esperamos que el mundo nos entienda".
"No vinimos a pelear con los acreedores. Vinimos a resolver un problema que no creamos", dijo Fernández.
En más párrafos donde no aparecen citas textuales sino transcripciones del medio, el Financial Times aseguró que Fernández "concedió que un derrumbe en los precios del petróleo significarán que la Argentina no pueda confiar en sus enormes reservas en Vaca Muerta". Pero se mostró confiado en "la vasta expansión de tierras fértiles" y en "la oportunidad de exportar alimentos procesados con valor agregado".
Según la nota, Fernández "predijo que una suba de la demanda internacional de granos de parte de países como China podría empujar una recuperación en 2021 después de una 'caída muy grande' este año". Y dijo que esta situación recibiría "la ayuda de un estímulo fiscal a través de subsidios, obra pública y proyectos de viviendas". Fernández "rechazó los temores de un estallido de descontento social como el de 2001".