Los bancos duplicaron en el último mes la cantidad de dinero que disponen, al pasar de $563.614 millones a $1.107.808 millones en sus cuentas corrientes en el Banco Central, pero en el mismo lapso los préstamos a empresas crecieron apenas un 20% de ese monto, poco más de $120 mil millones, a pesar de los incentivos que el BCRA implementó para que lo hagan.
La magnitud de la liquidez bancaria se evidencia en el desplome de la tasa de préstamos interbancarios que, desde mediados de marzo, pasó del 33% al 4,85%, según informó el BCRA.
La principal fuente de liquidez de las entidades se explica por el desarme de Letras de Liquidez (Leliqs) impulsado por el Central que, durante los 30 días previos al 8 de abril -último dato disponible- devolvió a los bancos $586.326 millones que tenían colocados en estos instrumentos, a una tasa del 38%.
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"El problema que tenés hoy es que el mercado de tasas está completamente desarbitrado, con un interés del 15% para los depositantes y del 38% para las Leliq y, al mismo tiempo, un exceso de liquidez que los bancos no saben donde colocarlo", analizó en diálogo con Télam Miguel Arrigoni, director de First Capital Gruop.
"El problema -aseguró- no es sólo que los bancos no quieran prestarlo por temor a que no se lo devuelvan, sino que la normativa crediticia del Central es muy restrictiva. Las pyme, en general, no clasifican para créditos".
El objetivo del BCRA era que las entidades destinaran parte de ese dinero en créditos a micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) para el pago de sueldos a una tasa del 24% algo que, hasta el momento, no ha ocurrido en la forma que se esperaba.
Puntualmente, de la línea de $220.000 millones de financiamiento a Mipymes aprobada por el BCRA, hasta el martes los bancos habían desembolsado unos $60.200 millones -el 27% del total de la línea- y aprobado créditos por $118.700 millones, poco más de la mitad del monto disponible.
En ese esquema, según Arrigoni, la manera más rápida de vehiculizar el dinero a las empresas que lo necesitan con más urgencia sería "que la Anses pague directamente la nómina de salarios".
"Otra alternativa sería armar una segunda normativa de emergencia, que habilitara préstamos para pymes en base a su flujo de dinero y no a su capital, pero dudo que se pueda instrumentar en este contexto", agregó.
Julia Segoviano, economista la consultora LCG, aseguró que ven con "gran preocupación" que los bancos "están decidiendo no volcar activamente su gran liquidez en préstamos que, en este contexto, servirían muchísimo a las pymes".
"Hoy en día, los bancos no son los mecanismos más adecuados para inyectar liquidez porque se están cuidando muchísimo", aseguró. Al respecto, dijo que "el contexto de incertidumbre hace que actúen con racionalidad económica" y que "no quieran prestar esa plata ante la falta de certezas de qué va a pasar con esas empresas".
Para agilizar la operatoria, el ministerio de Desarrollo Productivo implementó el Fondo de Garantías Argentino (Fogar) con el que se dieron avales por $91.920 millones para nuevos créditos que, desde la semana pasada, se distribuyeron el 36,6% en la banca pública, el 41,2% en bancos de capital nacional y 22,2% en bancos de capital extranjero.
"El Fogar puede ayudar a que se empiecen a liberar los créditos, pero los mecanismos que tiene el Estado para apurar a los a que presten el dinero tampoco son tantos, salvo que se pongan más estrictos y saquen otro tipo de regulaciones", apuntó Segoviano.
Por su parte, Matias Rajnerman ,economista jefe de Ecolatina, agregó que "los bancos tienen un miedo muy grande a la mora" y que, ante la decisión del Central de no renovar Leliqs, "respondieron bajando las tasas y haciendo que parte del dinero que estaba en plazos fijos presione sobre el dólar". "El Central quiere que los bancos presten el dinero al 24%, pero está claro que no quieren hacerlo y no les pueden obligar a hacerlo", añadió.
En ese sentido, dijo que lo más probable es que esta situación se resuelva "en una ronda de negociación con los bancos para que dupliquen los prestamos" y que allí se podría definir que "el BCRA o la Anses salgan a respaldar la cobrabilidad de los créditos".