Parece sacado de un libro de ciencia ficción. Pero la dinámica de la crisis y la falta deresultados para lograr dar vuelta las expectativas negativas y volver a generarconfianza entre ahorristas e inversores, está generando una suerte de efectocontagio sobre los bonos argentinos.
El riesgo país (cerca de los 800 puntos) y los seguros ante un incumplimiento depagos como los Credit Default Swaps (CDS), también en torno a los 780 unidades, marcan a las claras que los títulos públicos operan como si el país estuviera cerca deanunciar otro "pagadiós".
El de los CDS es un dato clave porque son los seguros "anti default", ni más ni menosque los que compran inversores para cubrirse en el caso de que un país que emitedeuda deje de pagar sus compromisos.
Así, cuanto más se abona, más riesgosa es la nación. Es decir que guarda relacióndirecta con la probabilidad de que se produzca "el siniestro".
Por el contrario, si este indicador es bajo significa que los financistas le asignanmenores chances a un impago.
En el caso de Argentina, la evolución ascendente refleja en gran medida la visión quetiene el mundo financiero global sobre el país.
El Gobierno sabe que en el mundo financiero se está hablando de la crecientedesconfianza. Desde Marcos Peña hasta Nicolás Dujovne e incluso -sin mencionarlodirectamente- el mismo Mauricio Macri tuvieron que salir públicamente a decir queno habrá un default de la deuda.
Pero ya no alcanza. El mercado sigue castigando a la Argentina en medio de undesarme global de mercados emergentes que se amplifica, como si fuera la famosa"Puerta 12".
En medio de este río revuelto, según pudo confirmar iProfesional, hay otro riesgolatente, del cual se tiene un mal recuerdo: están reapareciendo ciertos inversoresque parecían haber quedado en el pasado.
En Wall Street cuentan que empiezan a asomar los denominados "distressed funds":algo así como los "mini fondos buitre", los cuales se especializan en comprar deudaen problemas y bajo presión vendedora.
"Esos fondos compraban en el 2014 y vendieron cuando llegó Mauricio Macri. Ahora, poco a poco, están reingresando", afirmó a este medio Diego Ferro, portfoliomanager de Greylock Capital Management.
Greylock es un viejo conocido de la Argentina: tuvo bonos del país que ingresaron endefault y recién en la reapertura del canje del 2010 (realizada por Amado Boudoucuando estaba al frente de Economía) decidieron aceptar la oferta oficial.
Hans Humes, el CEO de Greylock, dijo a finales del mes pasado que "podría ser unbuen momento" para entrar en bonos argentinos, lo que encendió algunas lucesamarillas.
Ferro aseguró que lo que están comprando estos fondos especulativos son bonos endólares del tramo medio de la curva. Y vaticina que cuando se calme el tipo decambio, van a empezar a entrar en los que ajustan por Badlar.
"Es evidente que el país viene viviendo por encima de sus recursos, y no hay un planserio para incrementar la productividad y desarrollar sectores competitivos. Mientras el mundo nos financiaba, entonces se podían postergar decisionesdifíciles, ahora ya no se puede", explica Ferro, quien igualmente advierte que por elmomento no es razonable hablar de default.
El ejecutivo y socio de Humes en Greylock no cree que la situación Argentina sea tanmala a nivel macro. "No es el 2001. Esto se puede arreglar, aunque va a ser duro. Ir aun default sería poco lógico para el país", remarcó.
Sin embargo, el regreso de esta clase de inversores marca el sentimiento reinante. Los compradores de bonos locales supieron ser los fondos de pensión de EE.UU. yEuropa, pero ahora asoman otros mucho más especulativos.
En Nueva York, nadie sabe si otro viejo conocido de la Argentina está comprandodeuda local como Elliott Asset Management, del multimillonario Paul Singer, u otrofondo buitre como Aurelius. Estos dos últimos tuvieron títulos del país hasta el 2016, cuando el Gobierno llegó a un acuerdo.
"No creo, ellos entran cuando el default es inminente y los rendimientos están porlas nubes. Argentina no está en ese escenario. Compran cuando es evidente eltraumático desenlace; no antes. La situación actual es completamente distanta", resaltó otro banquero de la Gran Manzana, llevando algo de tranquilidad a losfuncionarios.
De todas maneras, el tema está instalado como comidilla en Nueva York, en unmomento clave, en el que el Gobierno está renegociando los términos del acuerdocon el FMI para conseguir el adelantamiento de los fondos para afrontar la deuda en2019.
Pero el mercado le sigue corriendo el arco al macrismo. De hecho, el Bonar 2019,que se pagaría con los dólares del FMI y vence dentro del mandato de la actualgestión, más precisamente en abril del año que viene, cotiza a la par y rinde 10% endólares.
También está golpeado el Bonar 2018, que vence en noviembre de este año y pagamás 5,5% en dólares.
¿Qué implica ese nivel de castigo? Indica que el mercado no contempla en un 100%que dichos bonos se paguen.
A todo este contexto se suma el riesgo político creciente, debido al debilitamiento deCambiemos. En diálogo con iProfesional, Gabriel Torres, VP-Senior Credit Officer deMoody's, dijo que eso también afecta las perspectivas de la nota hacia adelante.
"No tenemos preferencias de quién gana o pierde. Pero cuando hay crisis, entonceshay riesgo de cambio de políticas que pueden llegar a ser negativas para el crédito. Siempre existe la posibilidad de que gane aquél que no quiere el acuerdo con elFMI", remarcó.
"Quien vaya a gobernar el país en el futuro es un tema muy importante para losinversores", añadió desde Nueva York.
El ejecutivo de Moody's aclaró que la plata que se acordaría con el FMI seríasuficiente para afrontar las necesidades del 2019, pero que esto no quita queaumente el riesgo de cara al 2020. "Dependerá de lo que pase politicamente en elpaís, porque el FMI no está para que no vuelvas nunca más al mercado", señaló.
En medio de este panorama adverso, un voto de confianza llegó desde los EstadosUnidos. ¿Está Argentina realmente en riesgo de caer en default?", planteó el bancode inversión XP Securities, a través de un informe publicado este martes.
"Creemos que el riesgo de incumplimiento sigue siendo bastante bajo. La existenciade una gran línea de crédito del FMI, junto con el apoyo inequívoco que el G20 le haotorgado a la administración Macri un testimonio suficiente, en nuestra opinión, deque el riesgo de que Argentina sucumba en un evento de deuda sigue siendo muybajo", señaló la entidad.
Para XP Securities, no tiene sentido que los bonos argentinos paguen 400 puntos másde tasas que Honduras o Guatemala. "Llámenos obstinados si es necesario, pero eseestado de cosas simplemente no tiene ningún sentido para nosotros", afirmaron losanalistas.
Más allá de lo irracional que puede llegar a ser, la dinámica de la crisis es lo quepotencia la ola de rumores que, por ahora, el Gobierno no pudo acallar.
La apuesta es que cuando se confirme la partida de dólares por parte del Fondo, queservirá para que el país pueda olvidarse de los mercados en 2019, los bonosempiecen a estabilizarse.
Pero advierten en los bancos como JP Morgan que la "depuración" de aquellos que"confiaron" y compraron bonos argentinos aún no terminó. Teniendo en cuenta laposición técnica del mercado, habría que esperar un mayor desarme de posicionesen títulos locales, a pesar de que el fantasma del default sea sólo eso. Un fantasmaque vuelve a aparecer.