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El menor, de quien no ha trascendido la identidad, habría intentado por curiosidad saber que efecto producía en un ser vivo el aparato de la cocina. Cuando lo encontraron sus padres, inmediatamente acusó a su hermano por el hecho. El animal, por su parte, sufrió quemaduras internas y sus patas quedaron calcinadas hasta el hueso, por lo que falleció pocas horas después.
Además de permanecer internado, sobre el victimario pesa la prohibición de tener mascotas por un mínimo de cuatro años, ya que al parecer no fue la primera vez que el adolescente puso el animal allí, ya que lo habría intentado sin lograrlo en tres ocasiones anteriormente.
En el proceso judicial contra este pequeño torturador de animales, se dijo que el veterinario que atendió al roedor aseguraba que éste había sufrido mucho dolor innecesario antes de perecer y que no podía calcular cuánto tiempo había estado el hámster sufriendo agónicamente.
Fuente: DailyMail
13 de junio de 2010
Notas relacionadas:
Del dolor, el animal se comió sus propias patas. Imágenes no aptas para impresionables.