La historia oculta del Kun: lo que nadie contó de su vida en "la capital del Paco"

24CON recorrió la villa Los Eucaliptos y encontró la vieja casa de Agüero. La historia de cómo olvidó al hombre que lo salvó a él y su familia. "Lo que más me duele es que no me llamó nunca más", explicó.

Por Guillermo Zanetto / Andrés Randazzo

A una cuadra de la avenida Lamadrid, en Bernal, el ambiente se pone pesado de golpe. Uno de los pasillos de la picante villa “Los eucaliptos” te saca derecho al baldío en donde Sergio Agüero aprendió a patear su primera pelota. Pegado, está la precaria casa donde vivió antes de convertirse en ídolo de Independiente. Todavía tiene el mismo techo de chapa y la puerta de entrada destruida, tapada con una frazada y sostenida por cables. Es parte del pasado que el Kun quiere borrar.


La casa de Agüero adentro de la villa "Los Eucaliptos".
“¿Vienen por lo de Agüero?”, pregunta uno de los pibes que se acercan a “manguear” a los intrusos. “Yo también jugué en Independiente, pero dejé todo por la droga y las mujeres”,  cuenta a pesar de que le cuesta articular las palabras. Son las 12, pero sus ojos delatan que hace varios días que no duerme. La oportuna llegada de un patrullero los hace desaparecer entre los pasillos de “la capital del paco”, según la bautizaron los propios vecinos.   


Este ambiente pesado fue la cuna del futbolista de los 3 a los 11 años. Allí llegaron Leonel Del Castillo y Adriana Agüero después de su éxodo por todo el Conurbano. Cuando nació Sergio, en el hospital Piñero de Flores, la familia vivía en González Catán. Enseguida se mudaron a Florencio Varela, en donde el pequeño recibió el apodo de “Kun” de manos de Jorge Chetti, un vecino de la familia que lo comparaba con el personaje animado japonés llamado Kum Kum. Hasta que recalaron en Bernal, en donde  se empezaría a escribir la historia del crack.


Un gigante de 8 años


No se puede hablar de la llegada de Agüero a Independiente sin nombrar a Eduardo González, periodista que sigue al club desde hace 41 años en su programa radial y televisivo “Independiente de América” y quien descubrió al jugador y lo llevó al club. Hoy vive “con lo justo” de su emprendimiento de recarga de Matafuegos aunque la vida lo puso más de una vez frente a cifras millonarias. “Si Atila es el rey de los Hunos, yo debo ser el rey de los boludos”, bromeó González con 24CON. Lo dice por las múltiples ofertas que rechazó de clubes que se querían llevar al Kun cuando era un pibe. Un día Juventus de Italia le ofreció un millón de dólares para que “se corra del medio”. Pero él quería que debute en Independiente. Lo que eligió sale por deducción.


De fondo, abrazado al Kun, durante la inauguración del estadio de Independiente
“A Sergio lo conocí cuando tenía 8 años. Yo dirigía el Cultural Club Dardo Rocha, un club del barrio que lamentablemente ya no existe. Y el papá de Agüero jugaba en el equipo, era un muy buen número 10.  Siempre me insistía para que vea jugar al hijo, hasta que fui y me di cuenta  que era diferente”, contó González. En su pequeña oficina atesora recuerdos de todas las épocas del Rojo. A mano tiene dos camisetas, la del debut del Kun y la de la despedida del polaco Arzeno. “La de Arzeno no la vendería jamás, por la otra escucho ofertas”, retruca. La relación definitivamente está rota.


 “Yo me hice cargo de la contención de él porque vivía en la villa en una situación paupérrima, de pobreza total. El padre hacía changas, hasta que le compramos un remís para que trabaje, pero prácticamente yo lo mantenía, le compraba las cosas para el estudio y los remedios para él y los 5 hermanos”, detalló González. En ese tiempo le insistió a Chanana Rambert (encargados de las inferiores) para que entre en el club. Con 10 años, Agüero fue campeón de pre-novena, novena y octava. Hasta el día de hoy, esas categorías no volvieron a ganar un torneo.

 

Dentro de la cancha, el mismísimo Ricardo Bochini se “enamoró” tiempo después de la forma de jugar del Kun. “Cuando lo conocí, jugaba un torneo paralelo metropolitano porque con la edad no podía jugar en AFA y era increíble, metía goles de la mitad de la cancha, se mareaba a todos”, recordó a 24CON el Bocha. Pero afuera del campo la realidad era más complicada.

 

Escape de la villa


Eduardo González, con la histórica platea del Rojo.
“Con la ayuda de Samuel Liberman, le compré una casa en Quilmes Oeste para sacarlo de la villa”, cuenta González. Sin embargo, el sueño de verlo en el club fue el peor negocio que pudo hacer. “Me tocó lidiar con el delincuente de Andrés Ducatenzeiler, el peor presidente de la historia, que hasta se gastaba la plata del club en el casino. Los padres firmaron en la AFA y este tipo jamás me firmó nada de lo que me prometió y perdí todo, a pesar de que tenía el pase del Kun en mi poder”. Así Agüero entró al Rey de copas. Y González quedó de lado.


“Yo a Ruggeri lo respeto muchísimo, porque cuando llegó como DT del club me llamó y me preguntó qué había para ver. Le hable de Agüero, le quemé la cabeza y cuando lo vio automáticamente lo subió de octava a primera, sin escalas. Nunca más jugó en inferiores”, relató el hombre. A los 15 años, el Cabezón lo hizo debutar. Dos temporadas después, Atlético de Madrid se llevó la joya por una cifra cercana a los 100 millones de pesos. Con esa plata, el club hizo gran parte de la cancha nueva.  Al descubridor de la joya sólo le tocó conformarse con una de las plateas de recuerdo, que atesora en su fábrica.


“Cuando se casaron Leonel y Adriana, ese día se terminó mi relación con los Agüero porque jamás cumplieron con la promesa que me hicieron de reconocer lo que hice por ellos. Me habían prometido 100 mil dólares y jamás me  pagaron. Pero lo que más me duele es que Sergio no me llamó nunca más, ni siquiera para cuando cumplí los 68 años”, se lamentó.


Del "Tío Gonzalito" al silencio

 

A González se lo escucha defraudado, casi estafado. “Eso es lo que más me duele, que se olvidó que me llamaba para ir a entrenar, para los remedios, una pelota o un par de zapatillas. Hoy no me conoce”, explica el hombre. Y agrega que hay noches en las que no puede dormir, aunque jura que se alegra del presente del pibe de “Los eucaliptos”. El mismo que le decía "Tío Gonzalito", tal como figura en la camiseta del debut en Primera que le regaló.


 

Su último intento de comunicación fue el año pasado, cuando envió una carta documento a la familia para que salde su deuda. La respuesta oficial, fue la negativa de cualquier vínculo. “Después me mandaron a apretar a la salida de un partido de la Copa sudamericana, para que no joda y no me metiera más. Eso para mi fue el final, me hace feliz verlo bien, porque en el fondo fui el precursor”, sentenció. 


Cuenta la leyenda que el pibe que se forjó en un baldío de Los Eucaliptos, pidió como condición una Play 2 para firmar su primer contrato millonario con Nike. Es el mismo que baila cumbia con el grupo de su tío, Los Leales, y se transformó en el yerno de Maradona. Pero la historia del jugador más joven en debutar en Argentina tendrá un nuevo capítulo: Juventus estaría dispuesto a pagar 35 millones de euros por su pase. Ante estas versiones, 24CON intentó contactarse con Leonel del Castillo, aunque sin resultado favorable.


Mientras tanto, cuando el millonario contrato entre el Kun y algún equipo europeo se firme, Eduardo González estará sentado en su oficina, decorada con fotos de Independiente y recuerdos olvidados de Sergio Agüero, trabajando para sobrevivir.

 

21 de junio de 2011

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