La increíble historia de la veterinaria isleña que atiende en lancha a domicilio
Leila Peluso tiene 29 años y desde hace años recorre con su embarcación ambulancia ríos y canales de zona norte: "Nunca sabés con qué vas a encontrarte ni qué puede pasar", dijo.
La historia de Leila Peluso se hizo viral hace unos días. La protagonista contó en su red social de Instagram que era la única veterinaria de la zona de Tigre que podía atender cualquier urgencia en su lancha ambulancia. Conocé quien es la veterinaria de la que hablan todos.
Su sueño era poder atender a los animales en sus casas, llevar la atención a todas las familias de la zona, y con mucho esfuerzo y dedicación lo consiguió: "Desde chica siempre supe que iba a ser veterinaria porque mi familia me inculcó el amor por los animales y la pasión por el Delta. Pude combinar esas dos partes y crear esto que denominé veterinaria isleña".
Claro que no todo fue sencillo, sino que tuvo que comenzar con ayuda para luego darse cuenta que tenía que dar un salto más grande: "Al principio me manejaba en lancha colectiva, iba desde Tigre hasta el muelle de la persona que me contactaba. Rápidamente entendí que no iba a poder hacerlo durante mucho tiempo, que necesitaba independencia", detalló.
Algunas de las múltiples anécdotas a cargo de la hoy por hoy veterinaria isleña más conocida, que además se encarga del mantenimiento de su lancha, incluyen un episodio en el que durante una tormenta se le pinchó el gomón y tuvo que llegar hasta una playita sola con las indicaciones que le daba su papá por teléfono: "Mis amigos me decían que estaba loca, era arriesgado pero yo no tenía miedo. Mis ganas de seguir atendiendo y cumplir con mis pacientes me hacía subirme todos los días al gomón", relató.
Debido a la viralización de su historia, medios de todas partes del mundo se comunicaron con ella. Leila, con humilidad y muy agradecida, aclaró que hay otros colegas que trabajan en la zona, pero que su historia tiene la particularidad de que ella se traslada en una lancha que va a la puerta de cada muelle: "A la mañana cuando preparo el recorrido del día, me fijo por qué arroyos o ríos tengo que ir, pero pueden surgir urgencias o, muchas veces pasa que voy pasando por el río y me llaman. Nunca sabés con lo que te vas a encontrar".
El Delta y Leila concluyen una relación de amor, ya que trabaja y vive vive allí: "Mi relación con los tutores de mis pacientes la verdad que es hermosa. Es un vínculo muy familiar porque yo también vivo acá y comparto la misma pasión por este lugar". Siempre pensando en la atención de sus animales y en la practicidad de la cercanía frente a las urgencias, Leila explicó que desde hace tiempo está armando un espacio propio en la isla. "Sueño con tener una veterinaria donde también pueda brindarles todo mi amor y atención" concluyó.