Después de un año de investigación, que incluyó a un policía que se hizo pasar como chofer para infiltrarse en la organización, este miércoles hubo un megaoperativo contra la mafia de los taxis de Ezeiza. Secuestraron dos armas, dinero en efectivo y varios cuadernos con anotaciones detalladas de cuánto le cobraban a los taxistas para permitirles trabajar en "su" parada. Los que no pagaban y pretendían levantar pasajeros, sufrían amenazas. Hubo nueve detenidos por asociación ilícita y extorsión.
La investigación comenzó hace un año, cuando un taxista denunció que le pedían dinero para levantar pasajeros y no volver vacío. Según explicó, el recaudador era conocido como "Arito", del stand de los taxis que está cerca de la terminal A de arribos. Además, un coordinador hacía una planilla con la cantidad de viajes y cuánto debía pagar cada chofer. Al tiempo se sumaron más denuncias de taxistas, que contaban que habían sido apretados y hasta amenazado de muerte.
Intervino el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, que tiene jurisdicción sobre al aeropuerto de Ezeiza. Durante la investigación, se probó un secreto a voces: que existe una mafia que no deja entrar a taxis vacíos y, a los que le dejan pasajeros, sólo los dejan levantar a otros si pagan un canon de $ 300. Pero sólo cuando no hay taxis de ellos, porque si no tampoco les permiten trabajar.
El trabajo incluyó la intervención de teléfonos y, también, las tares encubiertas de un policía que se hizo pasar por taxista. Fuentes cercanas a la investigación relataron que el efectivo se acercó a los que manejaban la parada con el argumento de que llevaba habitualmente pasajeros a Ezeiza y que quería saber cuánto tenía que pagar para no volver vacío. Le dijeron que $ 300 por viaje. En otra ocasión, los peones de la parada no dejaron que un pasajero subiera a su taxi. Todo quedó registrado en varios videos.
Para no perder plata, los taxistas solían trasladar esos $ 300 al costo de "peaje" para poder trabajar al pasajero, que así también resultaba perjudicado.
En 12 allanamientos que se hicieron en el aeropuerto, las oficinas de AA2000 y varios domicilios particulares, encontraron un revolver calibre 38 y una pistola 22. También, según informó la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), secuestraron casi 180.000 pesos, 5.100 dólares, 1.400 euros y pequeñas cantidades de libras esterlinas, reales, pesos uruguayos y otras monedas. Además, hallaron anotaciones día a día de cuánto le cobraban y a quién.
Los peones de la parada tenían la tarjeta My Fare, que permite ingresar con vehículos al aeropuerto y quedarse en el estacionamiento sin tener que pagar. Se las entregaba ilegalmente un empleado de AA2000, que es uno de los detenidos, para que pudieran estar con sus taxis sin problemas todo el tiempo que quisieran. Ese empleado es uno de los detenidos.
De acuerdo a un comunicado del Ministerio de Seguridad de la Nación, la organización estaba conformada por integrantes del Sindicato de Conductores de Taxis y del de Peones de Taxis, ambos de la Ciudad de Buenos Aires.
Fuentes policiales también deslizaron que habría cierta complicidad de algunos efectivos de la PSA, que miraban para otro lado. Aunque esa misma fuerza fue la que colaboró en la investigación que ahora desencadenó en la detención de nueve personas por asociación ilícita y extorsión.