24CON – En carne viva

Mafia de los bondis recauda millones y a las trompadas

Mafia de bondis truchos

No se lo bancó.

Lo descubrimos, lo grabamos. Lo desnudamos. Fue lo peor que hicimos (para ellos).
El mafioso Willy (Wilfredo Orellana) no se aguantó y tuvo la peor y más torpe respuesta: trompadas y patadas a mis preguntas sobre el manejo de la línea de bondis truchos que él regentea.

Es cierto que pudo ser molesta mi humorada (tanto había pedido un bondi que le llevé un colectivo de juguete), pero también es cierto que este mafioso regentea una de las líneas más importantes de colectivos truchos y peligrosos que hay en Buenos Aires: va de Retiro a Alpargatas y cada colectivo recauda unos 600 pesos diarios, 18 mil mensuales. Cada uno. Y Willy tiene varios. Bondis y matones.

También es cierto que los periodistas molestamos. Molestamos a las mafias y a los corruptos. Algunos responden con argucia, otros son torpes.

En las imágenes (que se podrán ver esta noche en el programa GPS que emite América TV a las 22) parece que ganó Willy. Nosotros (productores, cámaras y éste cronista) terminamos corriendo, huyendo.

Pero a esta historia le falta el final. Se hará justicia al final. Creer o reventar.
Antes, reaccionó a los golpes, grotesco, como una bestia enfurecida. Sin pensar,  reaccionó porque lo desenmascaramos. Lo investigamos y su brutal negocio quedó expuesto. Un comercio que mueve más de 200 millones de pesos anuales, e infringe varias leyes y normativas (ver data final).

Por eso Willy reaccionó con violencia, como única respuesta y herramienta. Los que no tienen habla, ni lenguaje, hablan a los golpes: primero me tiró una trompada (que pude esquivar) y luego se abalanzó y comenzó la agresión. No fueron tan graves los golpes como la impunidad con que se mueven estos capos mafias, “dueños” de paradas truchas, de recorridos truchos y de los bondis truchos donde también muere gente. Antes, las víctimas, los pasajeros (indefensos y cautivos de este transporte público) pagaron un boleto de entre 4 y 5 pesos por un viaje de ida para ir de Retiro hasta Alpargatas.

A bordo de uno de estos bondis sin identificación, sin seguro, sin patente, sin registro, sin luces, sin asientos, sin tope de velocidad, todos viajan (como esclavos) sin certezas de llegar. Van más rápido, es cierto y a veces llegan antes, otras no llegan.

Viajar en estos bondis es una pesadilla para más de cuatro millones de personas del área metropolitana. Los bondis truchos son un gran negocio que cuenta con la complicidad del Estado y la protección política local.

Primero, por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) a dónde, en vano, fuimos a pedir explicaciones. Por lo menos el abogado Alejandro Rusconi, titular y jefe de fiscalizaciones del organismo oficial no nos sacó a las trompadas. El usó sólo la herramienta más típica de la función pública: las explicaciones como “estamos tratando de combatirlos…” y otros bla, bla…

Estamos perdidos los usuarios -pensé- con este tipo de funcionarios atornillados a una cómoda silla a la que nadie se acerca a pedir explicaciones. Y no hay respuestas.

Rusconi está a cargo del organismo encargado de controlar el transporte desde 2005 y los colectivos truchos siguen pasando frente a sus narices (literalmente). Su oficina en la Terminal de Ómnibus de Retiro está justo enfrente de dónde Willy tienen su parada de bondis truchos (donde fuirmos agredidos, en la estación de servicio DAPSA, en Retiro).

Segundo, la policía que no hace nada y los mira como parte del paisaje (durante la investigación grabamos los bondis truchos pasando por al lado de los patrulleros en la Ciudad y en la Provincia).

Tercero, los municipios. Ni el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ni el de Avellaneda, Quilmes ni Florencio Varela por donde va la línea Willy, entre otras.
Willy es un matón berreta. No tanto porque suele andar descalzo, (ese día nos corrió “en patas”), sino porque su capacidad para pensar seguramente está deteriorada por los usos y costumbres (“nos hicimos las paradas a trompadas y puntazos” –dijo uno de sus lugartenientes-) no lo llevó a reflexionar en la causa judicial que ahora se le sigue por lesiones (y el resto de los delitos) que conllevó su agresión.

Pero Willy no es el único que tiene una trucha línea en Buenos Aires desde hace muchos años.

También está la línea de Miguel “El barba” que va desde Constitución a Florencio Varela. Es más popular que la de Willy (que la de Retiro-Rotonda de Alpargatas) y, por lo tanto, más económica. Pero no por eso recauda menos. El viaje vale 2 pesos y un colectivo de El barba factura mil pesos diarios. Por supuesto que ninguna de éstas líneas da boleto: la plata la cobra el chofer y la juntan los llamados “paleros” que son los lugartenientes de Willy o El barba. Los encargados de ordenar las colas de pasajeros, handy en mano, estos mulos son los que juntan la sucia recaudación para sus capos mafias.

En resumen. En las (varias) semanas que duró la investigación (a partir de una fuente que nos reservamos y denuncias que teníamos) demostramos (con cámara abierta, escondida, y con ocultas) la existencia de varias líneas de colectivos irregulares a todas luces: en algunos casos sin patentes (o borroneadas), sin cartel (calco de la CNRT), sin boleto, en estado ruinoso, peligroso, etc. (y en la cara de los patrulleros).

Hicimos el seguimiento, desde Quilmes y Florencia Varela a Constitución y de la Rotonda de Alpargatas hasta Retiro (ida y vuelta, de madrugada, mañana, tarde y noche) siguiendo los bondis desde nuestro auto y con un "topo" que infiltró las organizaciones para llevarnos a los capos mafia.

Antes, llegamos a uno de los lugares (indicados desde la “terminal trucha” de Constitución) por los paleros (los que ordenan las filas y cuentan la recaudación en el puesto de pancho) que decía que “había que hablar con el barba Miguel para poner un micro a laburar”. El barba maneja el recorrido Florencio Varela-Constitución (ida y vuelta), pero jamás nos atendió personalmente (por miedo o desconfianza). Sus lugartenientes (uno de sus mulos) nos indicaron otro capo, con otro recorrido, llamado “Willy”, quien maneja la ruta Rotonda de Alpargatas-Retiro (y viceversa). Hablamos con él (el mulo nos vino a buscar a la rotonda y nos llevó a su casa en Bosque, Varela) y quedamos para un encuentro en la terminal trucha de Retiro (una Estación de Servicio Dapsa) en la Avenida Madero, cerca del Sheraton y de la Terminal de Ómnibus de Retiro. En nuestro encuentro, en la entrevista (el escrache) fuimos agredidos (golpes, patadas, trompadas, corridas) por este Willy (que no estaba sólo). Fue hecha la denuncia por lesiones.

La causa, que comenzó en la Cámara de Apelaciones, hoy tramita en el Juzgado 10 de la calle Lavalle a cargo del doctor Omar Fente e interviene la Fiscalía Correccional 10. Ahí se esconde el final de la historia.


Se hará justicia al final. Creer o reventar.

Periodista. Cronista del Programa GPS. Especial para 24CON
Tapa
¿Quiere recibir notificaciones?
Suscribite a nuestras notificaciones y recibí las noticias al instante