Cómo "excitan" y violan los vampiros de la burundanga

Drogan a sus "presas" y, una vez inconcientes, las someten a juegos sexuales y abusan de ellas. "La sustancia es capaz de hacer cualquier cosa con la voluntad humana", dicen.


Está a punto de ser mamá. Después de idas y vueltas, Elizabeth está embarazada y camino a formar una familia. Sonríe con ojos verdes, con cara de mamá y la comisura de sus labios (que asoman detrás de una onda de pelo dorado) temblequea al recordar aquella noche.

Es perfecta la noche. Unos veinte grados y el cielo estrellado. Caminan de la mano las parejas bajo una luna de primavera que lo llena todo. Los vasos están llenos. También las calles. Y las veredas, donde las mesas de los barcitos están repletas de chicos y chicas con expectativas variadas que incluye el noviazgo. Nadie está triste o enojado en esa noche del conurbano en la que hasta los patrulleros pasan a horario y el poli de la esquina sonríe sistemáticamente. Hasta parecen que firmaron un contrato de convivencia con los chicos anti polis. No hay borrachos y pese a que muchos caminan con cervezas en la mano, todos parecen bien educados y respetuosos. Todos toman y Elizabeth también. Primero van a un bar con el novio y dos parejas. Después van a un boliche y a ella casi la matan.

“Pensé que me moría. No se que me hicieron. Estaba desenfrenada sexualmente (…) Aparecí sin ropa y en el hospital”.

Al final, fue una noche de vampiros sin amor.

Los vampiros de la burundanga.

Mientras en los escritorios oficiales se discute el tope en el horario de ingresos a locales nocturnos, en algunos boliches te “pegan” con la burundanga. Circulan tragos para bocas abiertas, desprevenidas, prematuras. “Y cuando te querés acordar estás bailando”.

Y violando. Muchos de los episodios de abusos sexuales recientes (ver nota relacionada) está vinculada a la ingesta de burundanga. La sustancia “es capaz de hacer cualquier cosa con la voluntad humana”.

No lo hacen por la fuerza. Técnicamente buscan belleza e inocencia. Un combo de actitud desprevenida y complicidades múltiples. Los manuales dicen que “la burundanga es un alcaloide (…), también conocido como la burladora o borrachero. Una droga altamente tóxica usada (en dosis minúsculas) en el tratamiento de mareos vehiculares. Una sobredosis puede causar delirio, y otras psicosis, parálisis, estupor y la muerte”.

Lo mismo le pasó a Elizabeth. Al principio se sintió excitada. Al final no recuerda nada. Gritó hasta que pudo. Después apareció desnuda en el hospital. No sabe si la violaron, si abusaron de ella o la hicieron participar de algún ritual sexual.

No lo sabe.

No lo sabe ella, pero sí los tres supuestos amigos de la noche. Los que le dieron la bebida.

Es tan poderosa la poción que los especialistas dicen que “la burundanga tiene el poder de suprimir la voluntad de las personas, hacer perder la memoria de todo lo que sucede durante el tiempo que dura su efecto. Se asimila al solo contacto con el cuerpo. Es capaz de controlar una víctima con el fin de cometer ilícitos”.
Abusos, violaciones, amnesia.

Un combo perfecto para delincuentes sexuales. Los mismos que engañaron a Elizabeth: “Hicimos una previa en el bar con mi novio. Después fuimos al boliche. Ahí nos encontramos con un grupo de amigos. Me ofrecieron un trago y lo tomé. Fue sólo un sorbo y empecé a sentirme rara (…) Empecé a gritar ¡qué le hacen a las chicas acá!”.

Los supuestos amigos eran tres. Ya los había visto antes. Estaban correctamente vestidos y no olían a alcohol. Cada uno llevaba un trago en la mano, pero no tomaban. Elizabeth no sabe que tan amigos eran de su novio (también sospecha de la complicidad de él): “después me fui enterando que mi novio estaba metido en todas, tenía una armería y vendía droga”.

Era tarde. Tarde para estar prevenido en un horario en dónde los pardos se suman a empresarios inescrupulosos que rebasan de alcohol a menores, lo inician de (y en) las narices y abusan de la ocasión y la belleza.

Los investigadores aseguran que “esta droga ha sido alterada con otras drogas para producir el efecto de automatismo. Una vez que ingresa al cuerpo provocará su máximo efecto en una o dos horas y luego se elimina lentamente. La víctima estará en un estado de pasividad y en actitud complaciente que aprovecha el delincuente para inducirle a realizar acciones que pueden lesionarle física, moral o económicamente”.

Así fue. Ella empezó “a sentir un deseo sexual desenfrenado (…) mi corazón empezó a latir rápidamente y me sentía muy excitada… lo último que recuerdo es que yo empecé a sentir el cuerpo diferente, como liberada, desinhibida. Empecé a sacarme la ropa y mi pareja me sacó del boliche”.

Elizabeth dice que pensó que se moría, que “el corazón le iba a explotar. En el hospital me pusieron suero. Ahí me di cuenta que estaba desnuda”.
Hay que estar alerta. La burundanga no sólo la preparan en bebidas. También va en dulces, gaseosas, perfumes, billetes: “aunque se administra con mucha frecuencia a quienes han consumido previamente bebidas alcohólicas que hace más difícil determinar cuál o cuáles sustancias son las responsables del estado de intoxicación aguda en que llega el paciente al servicio de urgencias”.

Por suerte, por los médicos o por lo que sea, Elizabeth aprendió la lección: “Jamás vuelvo a tomar ni tocar nada que me de un extraño”.

Actualmente está en pareja con Osmar “el padre de mi hijo, muy distinto a mi novio anterior”. Nunca pudo verificar si aquel fue cómplice en aquella noche. Dice que en los registros del hospital quedó anotada como “un coma alcohólico”. No hay rastros de la burundanga. De la droga que se llama escopolamina y es difícil de identificar. Por eso es cada vez más utilizada por los delincuentes de la noche que no necesitan dejar rastros.

A continuación van algunas recomendaciones que circulan en la Web para prevenirse contra los vampiros del burundanga:
”No acepte tocar papeles u hojas volantes de desconocidos en la calle o en su vehículo. No acepte ningún tipo de bebida, dulces o cigarrillos de desconocidos cuando se encuentre en algún evento social o bares. No deje su botella o vaso de licor abandonados. Cuidado cuando personas aparentemente inofensivas se acercan a usted en la calle con pretextos de caridad o fingiendo ser analfabetos para que lea una dirección. Si en el lapso de un minuto usted sospecha haber sido drogado con cualquier sustancia química y esta acorralado, simule sufrir un desmayo o un ataque (convulsiones), el delincuente sabrá del peligro del exceso en la droga y decidirá abandonarlo. Si todavía se encuentra usted semi-consciente y puede distinguir si el delincuente se ha marchado, pida auxilio inmediatamente. Dé instrucciones en su casa (a niños y empleadas). No abra la puerta a supuestos grupos religiosos, vendedores o empleados públicos. Si el propósito es el robo de su casa, las víctimas favoritas son las empleadas domésticas y los niños. No acepte pañuelos de extraños con pretextos de que su cara o ropa están manchadas. No entable conversaciones con extraños cuando usted esta haciendo cola en el banco. No acepte demostraciones de productos (inhalación de perfumes) que se suelen vender en la calle o fuera de los Centros Comerciales”.

Cuidado. Los vampiros andan de a tres.
Periodista. Cronista del Programa GPS. Especial para 24CON
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