Uruguay 1930: Cuando ir al Mundial era un fastidio
Ochenta años atrás, cruzar el Atlántico fue un desafío que muchos países no pudieron afrontar. ¿Qué pasó en la primera Copa del Mundo?
Todos sabemos lo importante que es para un país o para un futbolista estar en un Mundial. Y la tremenda desgracia que es el hecho de no estar. Pero no siempre fue así. En los inicios, era todo lo contrario. Más bien un fastidio.
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Hay que explicar que la idea de crear una Copa del Mundo, si bien ya existía como posibilidad desde 1904, año de constitución de la FIFA, nació en el Congreso de la organización de 1926, de la mano de su presidente de entonces, Jules Rimet, y con la influencia de la Federación Francesa. En ese Congreso se decidió que los Juegos Olímpicos no eran representativos como principal torneo futbolístico a nivel de selecciones. En el Congreso de dos años después, se decidió la organización, en 1930, de una Copa del Mundo.
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En 1929 se eligió, en Barcelona, que la sede de esa primera Copa del Mundo sería Uruguay. Había varios motivos: Uruguay celebraba en 1930 el centenario de su Constitución. Además, su selección había sido campeona olímpica en 1924 y 1928 y por su fuera poco, el Gobierno uruguayo prometió correr con todos los gastos y construir un estadio de 100.000 espectadores (el estadio Centenario de Montevideo, si bien sólo alcanzó las 93.000 localidades).
Pero lejos de ser un evento motivador, en Europa había bastante poco interés por este evento. Ya en el Congreso de Barcelona en 1929, las principales federaciones europeas (o al menos las de algunas de las selecciones más potentes), esto es, Italia, Hungría, Países Bajos, España y Suecia, se mostraron en contra del Mundial uruguayo, ya que aspiraban ellas mismas a ser la primera sede. Además, las federaciones británicas no pertenecían a la FIFA debido a sus diferencias con la cúpula de la organización.
Así las cosas, a falta de dos meses para el comienzo del Mundial (aún no había fase de clasificación, sino que la FIFA invitó a todas sus afiliadas), ningún país europeo había confirmado su presencia. Más bien al contrario, lo que hicieron fue confirmar su ausencia: Italia, España, Suiza, Austria, Checoslovaquia, Alemania y Hungría rechazaron acudir al Mundial. La principal excusa era que Europa aún se recuperaba de los desastres de la I Guerra Mundial y, en aquel entonces, un viaje en barco hasta Uruguay era largo y costoso.
No obstante, sí hubo representación europea: Francia estaba casi obligada a ir, por aquello de ser uno de los países impulsores. Bélgica también aceptó participar, ya que el vicepresidente de la FIFA, Rodolphe Seeldrayers, era de esta nacionalidad. El tercer país europeo en liza era Rumania, que lo hizo por iniciativa del rey Carlos II, quien seleccionó a los jugadores de una empresa petrolera estatal, obligando a la compañía a que los liberaran para ir al Mundial a representar a su país. Por último, Yugoslavia, cuya Federación había nacido sólo un año antes, también aceptó la invitación. Curiosamente, aun siendo en teoría la más débil de las cuatro, fue la que mejor resultado ofreció. Otra curiosidad es que todos los jugadores eran serbios. Los croatas no quisieron participar como protesta por el establecimiento de la sede de la FYF en Belgrado y no en Zagreb.
La respuesta en América fue mucho más positiva: Perú, Bolivia, Brasil, Chile, Argentina, México, Paraguay y Estados Unidos dijeron que sí. Por lo tanto, habría nueve países americanos y cuatro europeos. Pese a que el torneo estaba ideado para 16 participantes, hubo que replanteárselo y se pasó a 13, con un grupo de cuatro (Argentina, Chile, Francia y México) y tres grupos de tres (Yugoslavia, Brasil y Boliva; Uruguay, Rumania y Perú; Estados Unidos, Paraguay y Bélgica). Los cuatro campeones de grupo, Yugoslavia, Uruguay, Argentina y Estados Unidos, disputaron las semifinales en ese orden. Argentina y Uruguay disputaron la final, con victoria para los locales.
Las cosas cambiarían mucho cuatro años después, en Italia. Por primera y única vez en la historia de los Mundiales, el campeón no pudo defender su título, ya que renunció a ir (al parecer, como venganza por la indeferencia de los europeos en 1930). De los 16 equipos participantes, 12 eran europeos, tres americanos y uno africano (Egipto). Pero esa ya es otra historia.
FUENTE: 20minutos.es
4 de junio de 2014